El fuerte sabor metálico de la sangre cubría su boca, era agonizante y repugnante para él el cómo lentamente aquel líquido vital comenzaba a invadir su paladar.
Con extremada pesadez tosió, provocando que de sus carnosos labios la sangre brotara manchando la impía camisa blanca de Romeo.
Su cuerpo se estremecía sin control, estaba perdiendo demasiada sangre a un punto que el suelo a debajo de él muy posiblemente siempre tendría la marca tenue de que el callo ahí, dejando de lado lo material, el dolor era atroz, sus manos se aferraban a las muñecas del chico de cabellos dorados con ímpetu, estaba aterrado.
― Romeo, lo siento tanto. ―El chico de cabello oscuro apenas pudo replicar con una voz casi apagada y tartamudéate.
Aquel par de ojos azul cielo lo miraban con una tristeza inmensa, amenazando con convertirse en una tormenta descontrolada.
―Shh, no hables, tienes que descansar, estarás bien, solo no te duermas, solo no gastes energía, cariño.
Carlo sonrió sombrío, sabia que de lo ocurrido no podría salvarse, sentía tanto dolor y a la vez un frio de muerte.
Entre abrió sus labios una vez más, pero la falta de oxigeno en su sangre no le permitía pensar adecuadamente, sus ojos cafés pronto se inundaron en lágrimas.
Romeo apenas noto la tristeza en los ojos de su amado no demoro en recargar el cuerpo de Carlo entre sus brazos, provocando así que su camisa blanca terminara empapada por la sangre del joven en sus brazos.
―Carlo, no estas solo, juntos nunca estaremos solos, ¿Es acaso que no lo recuerdas? Siempre juntos.
Replico el rubio adivinando lo que pasaba por la agitada mente de su chico, mientras presionaba con fuerza la herida del abdomen de Carlo.
―Duele.
Romeo lo escucho con suma atención mientras sentía como su corazón se rompía en mil pedazos, no podía hacer mucho para ayudarlo, la impotencia no demoro en invadirlo.
Si tan solo fuera mas fuerte, si tan solo fuera médico, si tan solo estuvieran en otro lugar y no en aquel lugar tan abandonado incluso por el propio Dios.
Antes de que se diera cuenta sus propias lagrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas hasta caer en el rostro de Carlo que estaba fruncido con una mueca de dolor.
Las manos de Carlo pronto dejaron de presionar las muñecas de Romeo y estas cayeron ante la perdida de fuerza.
―NO, Carlo, no, no me hagas esto.
Los castaños ojos de Carlo lentamente perdían su brillo mientras Romeo con su mano derecha mantenía la presión en el abdomen de su amado y su mano izquierda acunaba el rostro de Carlo.
―No me sueltes.
Carlo rogo como ultima voluntad y Romeo así lo hizo.
Dicen que cuando mueres puedes ver tu vida en tus últimos suspiros y eso era lo que más le aterraba a Romeo, que en los últimos segundos de vida de Carlo tuviera que revivir su infancia.
...
Sus castaños ojos miraban por la ventana, el ruido ensordecedor de las maquinas a la mayoría les aturdiría, pero su casa estaba llena de tapones industriales por todos lados, por lo que así era solo podía escuchar el tenue ronroneo de los motores y algunas piezas metálicas al ser cortadas.
Las voces de las personas dentro de la casa siempre se escuchaban atenuadas por la silicona de que eran creados aquellos tapones.
Sus ojos miraban al hombre que era su padre, lo miraba sonreír ante su colega, una sonrisa que jamás fue dirigida hacia él, suspiro mientras lo seguía con su mirada, el cabello casi cano de su padre, las pequeñas arrugas que comenzaban a inundar su rostro, su atenuada voz hablando de sus creaciones, sus máquinas.
Podía ver como los trabajadores de su padre cargaban material como cilindros, unidades de mantenimiento FRL, reguladores, filtros, cajas de conexiones; ya sean en T, Y, codo, rectas, rosca o uniones.
Vigas metálicas y diversos materiales...
Para Carlo era realmente inusual ver que su padre trabajara con elementos tan industriales, en gran cantidad, por lo que se preguntaba ¿Qué es lo que estaría construyendo?
Carlo no demoro en abandonar aquella ventana para bajar las escaleras e ir a mirar los planos del taller de su padre.
Cuando era más pequeño él siempre jugaba en el taller de su padre, uno de sus juegos favoritos era el de ser un niño invisible, todos participaban en dicho juego... aunque había momentos en los que era deliberadamente empujado por algún trabajador al estorbar en los pasillos del taller.
Observo con paciencia los planos y dibujos del prototipo del robot que su padre construiría, eran alrededor de 35 bocetos y planos que explicaban detalladamente (de conocer la normativa de los planos) el cómo se debían ensamblar, crear y construir cada pieza, los planos variaban desde circuitos, neumática, hidráulica hasta ensamble.
Lo que llamó la atención de Carlo fue el plano que mostraba la vista preliminar de cómo se vería terminada la construcción de esa máquina.
Aterrador, fue la primera palabra que le vino a la mente para describir las sensaciones que sentía al observar aquel dibujo, era quizás como un pequeño vistazo a un circo del terror más que una maquina... marioneta.
Por lo que podía leer; gracias a que su padre que desde muy joven le había obligado a aprender a leer e interpretar planos, hasta el punto de crear algunos planos básicos, seria quizás la marioneta más ambiciosa que su padre crearía, de un tamaño colosal.
De cuatro seis extremidades, horrorizado miro la caja de datos del plano "Rey de las marionetas" era el nombre de dicha máquina.
Mas que un rey, para Carlo era un monstruo sacado de sus más terribles pesadillas, uno al cual no querría encontrarse nunca.
Sus pequeños ojos pronto se inundaron en lagrimas por el miedo de que aquella cosa apareciera en su cuarto, un jadeo se escapo de sus labios en advertencia de que el llanto pronto iniciaría, como su única defensa al miedo que ese simple dibujo le ocasionaba.
Sin control alguno comenzó a llorar, pero nadie acudió a ayudarlo, los que lo vieron poco o nada les importo y por otra parte su llanto era acallado por el ruido del taller y las maquinas funcionando.
...
Lo había logrado, las manchas de aceite y demás fluidos habían manchado sus ropas, así como su brazo legión, pero su rostro continuaba impávido ante la caída de el rey de las marionetas, cada vez estaba mas cerca de cumplir su misión y salvar a Krat.
―Puede que la libertad real sea algo así, gracias Carlo.
Sus ojos azules solo miraban a aquella marioneta caer al suelo sin vida, para poco después desaparecer, dejando solo su ergo junto a un colgante.
P simplemente se agacho y tomo aquel pedazo de ergo absorbiéndolo al instante, sus engranes resonaron con dolor en cuanto sus dedos tocaron el collar.
La desinteresada mirada de P pronto miraron el teatro con atención, sus ojos se posaron en los despojos de la primera fase del que alguna vez fue el rey de las marionetas, su cabeza suavemente se ladeo mientras la observaba, aquel rostro sin expresión pronto cambio a uno mas expresivo las lagrimas cayeron sin control de sus ojos de cristal sentía un miedo que jamás había experimentado desde que despertó en la estación de tren, algo que no había experimentado nunca junto a una tristeza enorme, ahora lo recordaba todo...

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✅Paura (Lies Of P)
FanficLa muerte es algo a lo que la gran mayoría teme, pero aun mas por la idea de revivir uno de los peores momentos de tu vida.