Soy más que mis cicatrices. (hiatus)

Capítulo 1.

De sus pálidos labios, salió un quejido.

Los débiles rayos de sol se asomaban desde la ventana y caían en las blanquecinas mantas qué lo cubrían.

Con pesadez, abrió sus ojos. El dolor lo invadió por diferentes partes de su cuerpo, sobre todo en la zona del abdomen y nuca. Frunció su entrecejo, buscando recordar que hacía en ese lugar que claramente era un hospital por los implementos médicos que contenía la habitación.

La única respuesta que obtuvo a sus infinitas dudas, fue la persona que entraba por la puerta.

Junto a él, un suave y atrayente aroma a madera con café. Era extraño, era la primera vez que olía aquel delicioso olor, pero le encantaba. Se sentía protegido. Estaba seguro de que era un Alfa.

Mirándolo con genuina preocupación, el Alfa se acercó. Otorgándole una calidad acaricia a su corazón por la empatía que le ofrecía su mirada.

─Soy Kang Dooshik. -se presentó, mirando el cuerpo del contrario. Sobre todo la parte baja, donde inconscientemente el Omega abrazaba protectoramente. ─ ¿Cómo se encuentra?

─Estoy... Bien.

El de cabellera oscura le tendió, justo en sus labios, un vaso con agua al escucharlo hablar con dificultades.

─Por favor, inclínese más.

Ver la ansiedad en su rostro le hizo preguntarse mentalmente quién era ese sujeto. No era un desconocido por lo que podía sentir, solo una persona que conozca lo trataría así a duras penas.

¿Podría ser algún conocido cercano? ¿Quizá, su pareja o un pariente?

─Yo soy Kim Dan. Solicito disculpas, pero ¿Es usted mi conocido o dispone de alguna relación amistosa? -la interrogante inocente del castaño se hizo por debajo. Tomándolo desprevenido. ─No recuerdo mucho de lo que paso para terminar en este estado... Y siendo sincero, no recuerdo mucho mi. -apretó un poco sus palmas contra las blandas sabanas.

Antes de que Kang pudiese responder con otra pregunta, un doctor, con bata blanca y mirada cansina, ingreso con papeles en mano y una tableta. Tras él, un par de enfermeras que solo hicieron una reverencia al pasar, enfocándose más en el monitor del castaño.

─Es bueno verlo despierto, señor Kim. -dijo aquel doctor. ─Su prometido estuvo cuidando meticulosamente de usted y de su cachorro. Me temo que el impacto ocasionado lo dejo en muy mal estado y estuvo desmayado alrededor de cuatro días. -miró al nombrado con penuria. ─Por suerte, no afecto en nada zonas vitales. Aunque ahora en adelante debe tener cuidado con su embarazo, necesita muchas feromonas Alfa para restaurarse por completo.

Alguien tan joven y con bastantes problemas en la vida. Bueno, él lo consideraba joven a sus plenos 31 años.

─Sí, ese día fue un completo desastre... -fue todo lo que argumento Kang.

Sin digerir toda la información, Dan toco su vientre. Estaba un poco hinchado, pero no aparentaba estar embarazado de más de tres meses. Quedó fascinado, tanto que no aparto su mano.

─La solicitud de salida fue aceptada al estar el paciente estable, pueden irse hoy en la tarde. ¿Alguna duda antes de irse?

Ante eso, Kang miro indeciso antes de añadirlo siguiente:

─Mi... Prometido tiene dificultades para recordar.

El doctor no se sorprendió, de hecho, le dio un folleto respecto a eso. Tenía previsto algo como eso sucediera.

─Es debido al golpe que recibió, es un par de días recuperará sus recuerdos. Solo debe estar cerca de ti y que le proporciones feromonas. Como mucho, en un mes se recuperará exitosamente. Sin embargo, sí no da resultados positivos. Es recomendable que tenga que ir al psicólogo para su mejoría.

Cuando el doctor y las enfermeras salieron, la habitación quedó en silencio total.

El Alfa miró al distraído Omega, quien tocaba con cuidado la zona donde crecía nueva vida. En sus labios, prevalecía una diminuta sonrisa. Los débiles tintes rojos como el atardecer tocaron sus mejillas, signo de que se recuperaba bien.

¿Ahora cómo le explicaba que solo era el tipo que lo atropello? ¿Cómo explicarle eso a una persona con perdida de memoria y, además, embarazado? ¿Qué no eran nada y qué estaba solo en todo ese problema? ¿Decirle que estaba a punto de suicidarse y él se metió en sus planes?

No tenía el corazón de piedra para hacerlo.

El repentino sonido de llamada entorpeció el ambiente. Sus dígitos tocaron el celular de su bolsillo. Lanzó un suspiro al ver ese nombre en la pantalla del mismo, captando la atención del castaño.

Era Jaeil.

Una sonrisa de disculpa apareció en su boca antes de salir y dejar solo a Dan, dejando a su disposición un nuevo vaso con agua.

─ ¿Aún sigues al tanto de ese Omega? -fue lo primero que escucho del altavoz.

─Así es. Ya despertó. -sus dorados ojos vieron la puerta donde se encontraba a la persona que atropello. ─Jaeil.

─No, Dooshik. No debes. -Interrumpió, a sabiendas de que lo que diría sería un asunto complicado de tratar. ─Sentirte culpable por atropellarlo no arreglará nada, ya pagaste las facturas del hospital. Solo déjalo ir, no te entrometas más.

─Perdió la memoria. -al otro lado, quedo en silencio. ─Solo será hasta que se recupere, el doctor dijo que lo máximo sería un mes.

─Dooshik... Una tercera perdida no ayudará a sanar. -cortó la llamada.

Dejando a Kang con sentimientos encontrados.

No iba a suceder nada. Solo lo ayudaría, al final él fue quien ocasiono todo aquello por la sola idea de reunirse con Jooha en el más allá. Solamente él tenía la culpa, Kim Dan era una de las consecuencias de sus actos. Solo era eso, nada iba a suceder.

Sus nudillos perdieron el color al apretar con tanta fuerza su celular, al punto de que podía partirlo a la mitad

─No será una tercera perdida... -susurro, entrando de nuevo a la habitación. Su ceño se suavizó al verlo.

Debía establecer límites desde el principio, puesto a que el mínimo estimar de su parte sería una sentencia de muerte. Además, que apenas recuperará su memoria, se iría. Se notaba que era buena persona, y seguro había personas que lo extrañaban. No como a él.

Kim Dan no iba a ser siquiera una tercera opción. No había nada de que preocuparse. Solo lo ayudaría hasta que pudiera irse de su lado.

─Dooshik, ¿Podemos ir a casa? -la dulce voz salió con cariño. Parecía un niño emocionado, acariciando aún su pequeña panza. Una sonrisa y los ojos achicados era lo que retrataba su rostro de felicidad.

─... -quedó callado un par de segundos. ─Claro, vamos.

¬°¬°¬°¬°¬°¬°¬°¬°¬°¬°¬

Próxima actualización: 12/12.

Os quiero.