I'm not her at all // michaeng //

Capítulo 1: Rumbo a Japón

Mina se encontraba parada en el bullicioso aeropuerto, observando las luces intermitentes y escuchando el zumbido constante de las conversaciones a su alrededor. En su mente, repasaba una y otra vez la dolorosa verdad: su novia Chaeyoung la había engañado. Ahora, mientras esperaba su vuelo a Japón, sentía que su vida se desmoronaba frente a sus ojos.

—¿Por qué, Chaeyoung? —murmuró para sí misma, sintiendo el nudo en su garganta mientras las lágrimas amenazaban con emerger una vez más.

Recordaba cada momento compartido con Chaeyoung, cada risa compartida y cada promesa susurrada al oído. Había entregado todo su amor y cariño, pero Chaeyoung simplemente la dejó por otra persona. Mina había luchado desesperadamente por salvar su relación, había dado lo mejor de sí misma, pero al final, no fue suficiente. Ahora, con su maleta apretada entre sus manos y el corazón roto, se preguntaba si había sido demasiado insistente, si había presionado demasiado a Chaeyoung, si había sido demasiado empalagosa en su búsqueda de amor y afecto.

Mina no podía evitar compararse con Dahyun, la otra mujer en la vida de Chaeyoung. Mientras recordaba su encuentro con Dahyun, la imagen de la joven de cabello sedoso y ojos rasgados se deslizaba por su mente. Se veía a sí misma como todo lo contrario: menos hermosa, menos encantadora. La comparación solo exacerbaba su dolor y su sensación de pérdida.

De repente, la voz del altavoz del aeropuerto interrumpió sus pensamientos:

—Atención a todos los pasajeros con destino a Tokio, Japón. Se informa que el vuelo está a punto de abordar. Por favor, diríjanse a la puerta de embarque número cinco.

Con un suspiro tembloroso, Mina levantó la mirada hacia el tablero de vuelos. Vio la indicación parpadeante que anunciaba su destino y sintió un nudo en el estómago. Era hora de dejar atrás su vida en Corea, sus amigos y, sobre todo, a Chaeyoung.

Mientras se dirigía a la puerta de embarque, una oleada de emociones la invadió. Se giró una última vez, esperando ver a Chaeyoung corriendo hacia ella para detenerla, para pedirle que se quedara. Pero solo encontró el vacío y el bullicio de los pasajeros apresurándose en todas direcciones.

—Tonta —se regañó a sí misma, las lágrimas amenazando con caer una vez más—. ¿Cómo pude haber pensado que Chaeyoung vendría a detenerme?

Con determinación, Mina volvió la mirada hacia adelante justo a tiempo para ver que el avión había llegado. Con un suspiro profundo y un último vistazo a su pasado, pronunció su despedida a Corea, a sus amigos y, especialmente, a Chaeyoung.

—Adiós, Corea. Adiós, amiga. Y adiós, Chaeyoung —susurró, mientras daba un paso adelante hacia un nuevo comienzo en tierras japonesas.