first chapter

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Fernanda estaba en el último año de escuela.

Hoy estaba de camino a clases, muy emocionada, había conseguido un regalo que le tomó días, semanas, meses, conseguir.

Un disco autografiado de la banda favorita de Samantha. Llevaba el disco y además, una carta hecha a mano.

Le escribió todas las razones por las que podría enamorar a alguien y también, un poema sacado de sus propios pensamientos. No sabía si iba a gustarle, pero esperaba que sí.

Entró a la escuela y espero junto al casillero de Samantha a que diera la una de la tarde.

Después de un rato de espera, la chica llegó.

Fernanda tenía una viva sonrisa de enamorada en la cara, la vió acercarse a su casillero y la saludo levantando y agitando su mano.

Samantha ignoró completamente su presencia hasta que Fernanda le dirigió la palabra.

— ¡Hola! - Saludó alegremente.

Por primera vez en el día, Samantha la volteó a ver.

– ¿Qué quieres ahora? - preguntó

Fer le extendió los regalos, ahora estaba segura de que le iban a encantar.

— Para ti.

Por un momento los ojos de Sam se iluminaron, pero después volvió a poner esa mirada fastidiosa. Sorprendentemente, tomó los regalos suavemente de las manos de Fer, la cual, casi brinca de felicidad.

Sam le sonrió.

Fer sintió como su corazón empezó a moverse como loco y las mariposas en su estómago revolotearon.

Samantha caminó por el pasillo hasta llegar a un cesto de basura, tiró el disco, después abrió la carta y sin siquiera leerla, la rompió,
para después tirarla también a la basura.

Le sonrió a Fer y después se fué por el pasillo que llevaba a su salón de clases.

Fernanda sintió como el mismo corazón que estaba bailando de alegría, se estremeció en su pecho.

Respiró para calmarse, después de unos segundos caminó al cesto de basura e intentó tomar todos los pedazos de la carta rota.

Guardó todos los pedazos en su bolsillo y se fué a clases.

"Creo que si los pego la puedo recuperar" pensó.

...

Fernanda entró al salón de clases y se sentó en su lugar de siempre, la primer mesa que estaba junto a la ventana.

No pudo evitar mirar atrás para ver a Sam.


Fernanda

Después de ver a Sam decirle algo a sus amigas, giré de nuevo mi mirada al frente.

- Oye Sam, ¿Qué hay de la rarita que está enamorada de ti?- habló fuerte para que yo la escuchara.

– Nada nuevo, hoy me regaló una carta y un tonto disco antiguo.

Todas sus amigas se burlaron.

- ¿Qué decía la carta?- otra de sus amigas le preguntó.

– Ni siquiera la leí, la rompí y la tiré a la basura, seguramente era ella declarándose por sexta vez, que horror. - se rió.

No me gustas | Rivers GGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora