Llevo días hablándole de hoy. A primera hora, antes de que se fuera al estudio, también se lo volví a recordar. Hoy tenemos una cita para ver la finca a las 14.30, y me juró que estaría puntual. Sin embargo, aquí estoy, a las 14.50 esperándole como siempre.
Ya es la quinta vez que le estoy llamando y la respuesta es la misma "Ha llamado usted al...", como siempre. Soy la única que está encargándose de organizar todo, él me dice una y otra vez lo ocupado que está en el estudio. Su padre ha contratado a 3 becarios y él es el encargado de enseñarles todas las instalaciones y de llevarlos a la obra. "Estoy en un momento importantísimo de mi carrera, no puedo estar perdiendo el tiempo." Esa es su frase estrella desde hace ya 5 meses.
Me pidió la mano hace 6 meses, y la única que se está encargando de todo soy yo. Se suponía que la boda lo cambiaría todo, y todo sigue exactamente igual, hay días que incluso peor de lo que ya era.
- ¿Quiere seguir esperando señorita? - pregunta la mujer que nos tenía que haber enseñado la finca.
- No, entremos.
La visita está genial, las instalaciones son preciosas, mi espacio favorito es una carpa que tienen en un jardín muy amplio con una pequeña fuente en el medio. La mujer se pasa más de una hora y media explicándome las diferentes formas que podemos elegir para colocar las mesas, y los paquetes de bodas que tienen disponibles. Hay tanta variedad que me sentí abrumada.
"Ojalá no estuviera sola ahora mismo"
Por un momento considero la opción de acudir corriendo a un wedding planner. Sin embargo, mi sueño desde pequeña ha sido organizar mi propia boda, por lo que desde el principio he querido hacerlo todo yo misma, aun que claro, contaba con que habría tenido la ayuda de mi prometido.
Lo cierto es que no estoy demasiado concentrada en lo que me está contando, me limito a asentir, sonreír y coger todos los folletos que me va dando.
- ¿Qué le parece la finca? - me pregunta cuando ya estamos terminando la visita.
- Me encanta, me encantaría celebrar mi compromiso aquí, aunque me gustaría consultar con mi futuro marido - le contesto con una sonrisa falsa. Soy consciente de que tal vez haya notado mi tono irónico, el cual me ha sido imposible evitar, pero tampoco me preocupo por ello.
- Sin problema, pero recordad que necesitamos que confirmen la fecha, además del número de invitados en el plazo de 2 semanas. Sino no podré reservar la carpa para vosotros.
Tras esto simplemente le agradezco la visita (y sobre todo el tiempo extra que ha perdido esperando al que nunca llegó) y salgo del recinto.
Diariamente, desde que empecé con la planificación dudé de si era buena idea todo esto. Normalmente cuando una pareja tiene problemas, se separan, o dialogan para resolver las diferencias, no se casan pensando que con un papel se arreglarán todas las discusiones. Aún así, yo sigo con la esperanza de que aun hay tiempo para arreglar todo y que volveremos a ser la misma pareja enamorada y feliz que hace 5 años.
La vuelta a casa se me hace eterna teniendo en cuenta el disgusto por el plantón de mi prometido. Y para colmo se acerca la época de exámenes y no estoy llevando nada al día la universidad. Este ya es mi último año, me quedan 5 asignaturas además del Trabajo de Fin de Grado, que, por cierto, sigo sin tener ni idea de qué lo haré. Algunos de mis compañeros que ya están a punto de hacer la defensa del trabajo y yo con cada día que pasa me retraso más. Le estoy dando una prioridad excesiva a la organización de la boda, era consciente de ello.
No sé si han pasado 55 minutos, como decía el GPS, o 7 horas las que pasan en el trayecto a casa. He conducido como si estuviera en piloto automático, la calle pasa por mis ojos como si fuera una proyección de cine, como si todo el trayecto fuera un mundo totalmente desconocido para mí, nada me importa en ese instante y mis ojos se inundaban de lágrimas por momentos, haciéndome la visión borrosa. Un día más que tenía que haber sido especial y emotivo, y volvía a ser uno triste y gris.
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Corazón dividido
RomanceMi relación con Oliver siempre ha sido... "normal". Ya son 5 los años que llevamos juntos, y creíamos que casarnos sería una muy buena manera de salvar nuestra relación. Sin embargo, todo lo que estábamos construyendo se empieza a tambalear una maña...