Capítulo 02

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Liu Chenguang, su recepcionista, luce sospechosamente como si hubiera estado esperando a que regresara; con una mano está poniendo algo de orden en su escritorio y con la otra acaricia al gato blanco y negro del otro día, pero cuando entra Wei Yin...

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Liu Chenguang, su recepcionista, luce sospechosamente como si hubiera estado esperando a que regresara; con una mano está poniendo algo de orden en su escritorio y con la otra acaricia al gato blanco y negro del otro día, pero cuando entra Wei Ying, sus ojos parpadean hacia la puerta. Al verlo, reacciona con interés, levantando las cejas con curiosidad.

Wei Ying piensa que es mejor no darle tiempo para preguntar. Y además, cuándo no está hablando, de todos modos.

O bien soy tan bonito que no puede resistirse a mí, o bien mentiste cuando dijiste que sería difícil conseguir que dijera que sí—, dice mientras se acerca al escritorio. Apoya la cadera contra el y se echa el bolso al hombro. Cruzando los brazos sobre el pecho, Wei Ying se ríe al ver cómo se intensifica la mirada curiosa de Liu Chenguang. —Ambos parecen razonables.

Muy bien, vas a tener que contarme qué pasó.

¡Nada! —Wei Ying explica alegremente. —Entré, me presenté, pregunté y me dijo que sí.

Liu Chenguang jadea.

¿Entraste en su casa? —Frunce el ceño, con cara de no poder asimilar el concepto. —¿Así de fácil?

Así de fácil. Ni siquiera tuve que explicar nada.

Eso es. . . curioso.

Wei Ying inclina la cabeza hacia un lado.

¿Qué te hizo pensar que diría que no?

Oh—, dice, —bueno, nos imaginamos que era amable ya que deja que los niños vayan a ver los conejos de vez en cuando, pero no interactúa mucho con nadie cuando eso ocurre. — Lindo , piensa Wei Ying. —Se limita a permanecer alejado y a asegurarse de que los niños tratan bien a sus protegidos. Siempre ha rechazado cualquier invitación a socializar.

Sus dedos juegan distraídamente con un bolígrafo con forma de conejo (¿debería conseguir uno para Lan Wangji?), que finalmente se le cae. Se cae y rueda por el suelo.

Wei Ying acaricia al gato (que está tan necesitado de atención que casi le agarra la mano con sus patas y la lame, derritiendo el corazón de Wei Ying en el proceso) mientras espera a que vuelva a aparecer sobre el escritorio.

Una vez que lo encuentra y lo recupera, pregunta, —Pero, ¿nadie ha intentado hablar con él?

¿Es la primera persona que intenta activamente entablar una conversación con Lan Wangji en quién sabe cuánto tiempo? Seguramente el hombre debe tener familia.

Oh, sin duda lo han hecho—, se apresura a decir Liu Chenguang, —Sólo que no es muy. . . hablador. Ni expresivo, en realidad.

Ahora, eso es cierto, pero. Habló un poco, ¿no es así? Y aunque Lan Wangji permanecía mayormente inexpresivo, mostraba alguna emoción; eran pequeñas y fugaces, pero estaban ahí. Wei Ying lo encontró. ...algo entrañable.

el recluso al final del camino iluminado por la luna By beesinspadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora