𝙹𝗎𝘚𝘵 Ɩｍ𝔸ɢⅈ𝖓𝖊𝘚 _ 𝗞𝚙օ𝚙

01

Tema:  Love in Omegaverse
Grupo: ZEROBASEONE
Integrante (s): GyuVin, Ricky

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- Mío - el más alto tomó la cintura del rubio con fuerza - Es Mío ¿entendido? Aléjate de él, idiota - empujó al desconocido.

GyuVin mantenía a Ricky pegado a su cuerpo, quien estaba disgustado con la situación. Se encargó de deshacerse de aquel iluso chico que creía que coquetearle forzosamente a su mejor amigo sería una fantástica idea.

Ambos se encontraban caminando hacia la salida del centro comercial.

- Toma, póntela - se quitó su enorme suéter y se lo dió - Y no es una pregunta, es una orden - lo señaló con su dedo.

Shen quedó estático por unos segundos ante la demandante aura que el alfa desprendía, hasta que reaccionó e hizo lo que le pidió en silencio.

- GyuVin, no me pasó nada ¿sí? - Ricky trataba de bajarle los humos, acariciando su brazo - El chico sólo in–

- No intentes minimizar sus acciones, Ricky. Intentó tocarte sin que te dieras cuenta ¡Yo lo vi todo! - lo interrumpió, asustando a su acompañante.

El rubio sólo miró al suelo, apagado por haber hecho molestar a su amigo. Acción que para el alfa no pasó desapercibido.

- Sé que no es tu culpa que en esta sociedad aún hayan idiotas, y tampoco es tu culpa ser lo que eres. Sólo.. no pude evitar reaccionar de esa forma cuando se meten contigo - Gyu suspiró profundamente - Eres importante para mí, lo sabes ¿no? -

Kim acarició la mejilla del contrario y éste no pudo evitar acurrucarse contra ese roce. Y él más alto sintió una llama muy cálida expandirse en su pecho.

GyuVin no pudo evitar contemplar esa escena, un hermoso omega con un dulce corazón y una aroma a fresas que tenía la fortuna de llamar mejor amigo.

Aunque como deseaba dejar ese calificativo de lado y avanzar. Los sentimientos que tenía por él ya no eran de amistad.

Y en cuánto Ricky lo miró, lo confirmó.

- Tu aroma es más intenso, quizás eso fue lo que hizo actuar al idiota - admitió GyuVin.

- Mi celo es uno o dos días, supongo que es por eso - Ricky le restó importancia.

Pero para GyuVin eso fue una señal. Sentía que debía estar aún más alerta con el rubio.

Caminaron abrazados, el alfa negándose a despegarse del omega durante todo el camino hasta la casa de este último.

Ya estaban en la entrada, de pie uno frente al otro, despidiéndose. O intentándolo, más bien.

Pero el corazón de GyuVin estaba que se salía de su pecho. Tenía a la persona que su lobo anhelaba ante sus ojos, aquellos oscuros pero preciosos que derretían al más alto.

Esos que estaban posados en él, fijamente, desatando mucho sentimientos.

Sin saber que su mejor amigo tenía sentimientos aún más intensos que los suyos propios.

La brillante luna los iluminaba lo suficiente como para permitirle a GyuVin notar el tono rojizo que adornaba el rostro de Ricky. Sumado a su dulce aroma, harían que cualquier alfa perdiera los estribos.

Kim GyuVin no era cualquier alfa. Era su alfa, y se lo haría saber.

- Déjame ser tu alfa, Ricky. Mi lobo te quiere solamente a ti, y ya no encuentro la manera de controlar mis impulsos estando contigo - empezó a sincerarse Kim, tomando ambas de sus manos.

Las palabras faltaron por unos segundos, pero las acciones no.

Ricky acunó su rostro y lo besó.

Fue un beso dulce, corto e inocente, pero fue suficiente respuesta para GyuVin, quien no tardó nuevamente en tomar esos suaves labios y hacerlos suyos.

Ambos habían aceptado cruzar esa  línea y ya no había vuelta atrás.

Se separaron cuando el oxígeno les faltó pero juntando sus frentes, con una sonrisa algo tímida y sus corazones sincronizados.

- Mi lobo te quiere solamente a ti, GyuVin - susurró Ricky - Y yo también te quiero, alfa -

Los sentimientos liberados tenían de testigo a la luna llena, la que hacía que el abrazo que se dieron fueran tan cálido y reconfortante para sus lobos.

- Mi omega - dejó un pequeño pico en sus labios - Te amo, Ricky - susurró.

- Yo también te amo, GyuVin - susurró - Que descanses, alfa -

El rubio besó la mejilla del castaño antes de entrar a su casa. Dejando a un alfa felizmente enamorado yendo a su casa, siendo cuidado por la luna mientras le agradecía por haberlo hecho encontrar a su otra mitad.