𝗨́𝗡𝗜𝗖𝗔 𝗣𝗔𝗥𝗧𝗘

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MATIAS iba de camino a la casa de su novio, nervioso se sonaba los dedos en un intento de calmar la el miedo de no ser aceptado por la familia del Rosarino.

Al llegar se estacionó enfrente de la casa y comenzó su momento de prepararse un poco más. Saco de la guantera un paquete de chicles de menta, agarró uno y se lo metió en su boca comenzando a sentir el sabor mentolado que le hacía picar la lengua por momentos.

Volvió a guardar los chicles y sacó su perfume para tirar un poco más, abrió la cámara de su celular y se peino. Ya estaba listo para salir.

Bajo del auto y con la llave señaló el auto para tocar el botón que le ponía la alarma y el seguro al auto.

Saco el celular de su bolsillo y le mando mensaje a su novio de que había llegado, se posicionó frente a la puerta avergonzado.

Se acomodo la ropa intentando de no pensar de que había ido muy croto, tenía una blanca y una remera liza a juego, con zapatillas del mismo color y de accesorio una gorrita negra dada vuelta. Iba todo de blanco.

En su mente lo único que pasaba era si había ido muy villero, o si estaba bien, pero todos esos pensamientos se esfumaron cuando la puerta se abrió dejando ver a su novio.

— Amorrr — Hablo alejo alargando la r y tirándose sobre su novio, abrazándolo por los hombros.

Matias sonrió alegremente y se aferró a su novio, llevaban no más de una o dos semanas sin verse, pero para ellos era un montón.

— Hola mi vida — Una vez que se separaron se besaron disfrutando del uno al otro, hasta que su beso se vio interrumpido por un pequeño tirón que sintió Soule en su short.

Alejo miro confundido a Matias por la repentina separación, mientras Matías miraba al suelo enternecido. La pequeña Bruna se encontraba allí, mirándolos sin expresión alguna, al verla los dos se separaron.

— ¿Vo' so' el novio de Ale? — Pregunto la pequeña, no dejaba de mirar fijamente como si estuviera haciendole una prueba.

— S-si, soy su novio — El jugador de Frosinone se rascaba la nunca nervioso — Me llamo Matías.

La pequeña niña no demostraba ninguna expresión todavía, aunque Matías se agachó junto a ella quedando arrodillado, el frío piso hizo contacto con sus rodillas y Bruna frente suyo dio un paso hacia atrás insegura.

— Tu hermano me dijo que te gustan mucho las gomitas — El chico saco un paquete de gomitas del bolsillo de su bermuda y se lo acerco.

A la pequeña le brillaron los ojos y comenzó a sonreír, sin haber agarrado el paquete de colgó del cuello de Matías que se tambaleó levemente en un intento de mantener el equilibrio, con la mano que no tenía las gomitas la agarró de la espalda para que la pequeña no se caiga a pesar de que no había quedado a más de 20 centímetros del suelo.

La pequeña al separarse le dejo un beso en el cachete a Matias y agarró los dos paquetes de ositos y dientitos que le había comprado.

— Mucha gracia Mati — Sonrió dándose media vuelta ya preparada para irse así habitación, pero se detuvo a mitad del camino — Aleee, dijo mamá que vayas hacerle las compras, dejo la listita en la mesa.

Alejo bufo enojado y vio a Matias levantarse del suelo con el ceño fruncido — No te conté, mi vieja salió a cenar con mí papá y me dejó a cargo de todo — explico yendo hacia la mesa y agarrando la listita que era bastante grande.

— Si querés vamos, te acompaño y vamos con Bruna — Respondió intentando calmar el mal humor de su novio. Se acercó a él y lo abrazo del cuello, abulto sus labios exageradamente y los junto con los del otro formando un pico sonoro.

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⏰ Última actualización: Dec 07, 2023 ⏰

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𝗣𝗨𝗟𝗦𝗘𝗥𝗜𝗧𝗔𝗦 (𝘚𝘰𝘶𝘭𝘪𝘻)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora