°~[cap 0.3]

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El pequeño Izana miró a aquel hombre como su salvador...

Sanzu lo había llevado en sus brazos y lo había cubierto con su traje para que no tuviera frío eso hizo que pequeño sintiera calor y decidió tomar una siesta.

— Intentaremos llegar sin llamar la atención de los demás, eso idiotas seguro se quedarán traumados si te ven -solto una risa– Pero no los puedo culpar te pareces tanto a él líder de Tenjiku.

Sanzu pronto llego a un edificio enorme, siendo rodeado al solo entrar por los trabajadores del lugar y recibiendo una reverencia de 45° y frunciendo el ceño por lo molesto que se le hacia.

— Si, si pueden largarse, no hace  falta que interrumpan mi camino –Al eschuchar su voz nadie se movió así que decidió ignorarlos y continuar su camino– Umm...tienes algunas heridas.

— Llegaste Sanzu –Koko estaba al frente de él mirándolo con sus típicos ojos que parecían los de un gato– Pensé que te drogarias y te encontraría en algún callejón votando espuma por la boca.

— Kokonoi deja de ser un fastidio o tal vez no estés disponible por un largo tiempo por la paliza que te daré –dijo Sanzu un tanto irritado– Además tú no puedes venir a cermonearme.

— Actúas de una manera infantil –koko observo a Sanzu y noto que llevaba escondido algo en su saco– ¿Piensas enbriargarte? Mikey se molestara si lo haces.

— ¿Que carajos? No, no pienso hacerlo –molesto siguió su camino ignorando a koko llegando a un cuarto que había sido reservado exactamente para él–

— Por fin llegamos que se joda el maldito de Kokonoi –dejó a Izana en la cama y lo cubrió con las sabanas,  pediría otras después, por ahora debía buscar vendas para tratar las heridas del pequeño izana que dormía plácidamente– vendré pronto.

Sanzu salió de su cuarto y aseguró la puerta para que nadie además de él entrará. Camino por los pasillos y encontró los vendajes que necesitaba en uno de los depósitos.

— Genial eso fue fácil –Sonrió levemente y se dirigió a su habitación todo estaría bien ahora–

— ¡Mueranse! ¡Mueranse! –los gritos se escuchaban desesperados– ¡Alejense, Alejense!

Sanzu noto que los gritos eran de Mikey y fue corriendo al lugar dónde provenía el sonido viendo a su rey en el suelo con la mirada perdida y murmurando algunas palabras.

— Mi Rey... –susurro Sanzu, esta escena se había repetido muchas veces durante estos años cada día parecía empeorar– ¿Sucede algo?

Mikey no respondió parecía ignorar la presencia de Sanzu seguía murmurando cosas, pero reacciono de golpe cuando Sanzu se acercó y le tocó el hombro, poniendo una expresión  molesta y agarrando el brazo de Sanzu fuertemente.

— Demonios... –murmuró Sanzu aguantando el dolor del agarre– Mikey reacciona y tranquilízate de una vez, me romperas el brazo.

— Uh? –mikey parecía reaccionar y miró a Sanzu confundido soltando su brazo– ¿Que haces? –pregunto cruzando los brazos esperando una respuesta- parecía que ignoraba lo que había sucedido en ese momento–

— Mi Rey...volvió a suceder, y no pude hacer otra cosa que detenerlo antes de que hiciera daño a alguien.

En realidad no le importaba mucho a Sanzu si Mikey mataba a alguien, pero el problema era que no solo era un peligro para las personas que lo rodeaban, sino también era un peligro para el mismo Mikey que había intentado quitarse la vida. Eso preocupaba a Sanzu, Mikey era una parte importante de él y no dejaría que este acabara con su vida. Sabía las razones que hacían que su rey quisiera quitarse la vida, la pérdida de sus hermanos habían quitado la poca cordura que tenía.

— Entiendo, no vuelvas a intentarlo, si lo haces de nuevo seguramente te mataré y no quiero eso

Sanzu suspiro había recibido esta advertencia muchas veces, no importa, mientras el Rey esté bien...

— Lo entiendo, Mikey deberías descansar ya es tarde tus ojos se ven cansados

— No quiero hacerlo

Mikey se alejo después de decir eso, era como una sombra desapareció en la oscuridad dejando a Sanzu sólo.

No paso mucho para que este se acordara del pequeño y caminara a su cuarto con todo lo necesario para sanar sus heridas claro si estas no eran profundas, si fueran profundas se encargaría de llevar al niño con un médico.

Al llegar a su habitación abrió la puerta y vio que el pequeño izana no había despertado, soltó un suspiro y se acercó a la cama. Mientras alistaba los vendajes tocó la frente del pequeño y noto que su temperatura había aumentado. Era fiebre de eso no había duda, Sanzu llamó a una trabajadora del lugar para que le trajera algua fría un telas.

— ¿Cómo se soluciona esto? –mantenía una mano en la frente del pequeño– Hace tiempo que no trato a alguien enfermo.

La empleada del lugar llegó rápidamente con lo que le habían pedido dejando las cosas en la puerta, cuando Sanzu la vio esta se asusto.

— S-señor aquí están sus cosas –hablo nerviosa no mirando los ojos del otro– con su permiso me retiro.

— ¡Espera! –Sanzu agarro la mano de la empleada– ¿Sabes con sanar una fiebre?

Temerosa la empleada asistió rápidamente, no había escuchado muy bien lo que le habían preguntado, pero eso no importaba no se atrevía a negarse ante alguien como Sanzu.

— Bien, entra... –la agarro del brazo y le señaló al niño– él esta enfermo y quiero que lo salves o por lo menos alivia su dolor.

–S-si – la mujer vio al niño y hizo lo que le pidieron, puso en el agua las telas y  luego las puso en la cabeza del niño eso alivio poco o nada al niño– Señor parece que su temperatura no baja

— ¿Porqué? –pregunto confundido. Luego recordó que el pequeño tenía heridas así que debía de curar primero esas heridas– bueno no hace falta que respondas, retírate.

— B-bien –hizo una reverencia y salió del cuarto aliviada– uff...¿Quién era ese niño? –hablo en un susurro–

Como si con sus palabras uniera imbocado a un espíritu maligno, la puerta del cuarto se abrió de golpe

— oh...lo olvidaba, no debes decirle a nadie sobre el este pequeño –Sanzu le dio una sonrisa y se llevó un dedo a los labios– Es un secreto, y solo tú lo sabes, así qué, no te atrevas a abrir la boca.

— Si señor, no lo haré...no me atrevería

— bien puedes irte

La mujer salió corriendo del lugar, Sanzu la miró alejarse y mostró un sierto disgusto. Entró a la habitación y atendió a Izana, limpió sus heridas lo vendo. También se encargó de rebajar la fiebre del niño estando despierto toda la noche.

— Esto me hace sentir muy cansado

Suspiro de alivia al ver que el pequeño parecía aver mejorando.

— Por lo menos estas mejor –poco a poco cerro los ojos por el cansancio quedando dormido cerca de la la cama donde estaba acostado el pequeño Izana–

10:30 a.m Edificio de Bonten

Sanzu abrió los ojos debido a unos pequeños movimientos que sentía en su habitación. Miró a su cama y vio a Izana que lo miraba fijamente sin pronunciar ninguna palabra.

— ¿Despertaste? –se froto los ojos– ¿Te sientes mejor?

Izana solo movió la cabeza a un lado  y solo le dio una pequeña sonrisa.

— Vaya...eres interesante ¿Te parezco gracioso?

Izana movió la cabeza a ambos lados negando la pregunta, luego señaló a Sanzu.

— A-ángel  –dijo con una voz suave–










Continuará...

Autor: 🌺🐾Holi^^ espero que el capitulo haya sido de su agrado, gracias por leer la historia♡

~°•[izana nuestro pequeño TESORO]•°~ "TR"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora