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— ¡Gánale, Seungmin! — exclamó Jisung, alentando al aludido.
Estaban en el arcade que se encontraba en la plaza cerca de su escuela. Era el cumpleaños de Seungmin por lo que Jisung y Minho habían decidido llevarlo a aquel lugar.
Cuando llegaron, se dirigieron a la área de comida, compraron unas hamburguesas con papas y soda. Ahora se habían dirigido al arcade para jugar un rato.
— ¿De qué lado estás, eh? — se quejó Mimho pero sin mirar a Seungmin ya que tenía los ojos puestos en la pantalla frente a él.
Habían jugado un par de juegos antes pero ahora se encontraban en una máquina de juego de pelea. El avatar de Seungmin iba ganando aunque sólo se dedicaba a apretar los botones al azar y mover la palanca a cualquier lado.
— Del de Seungmin, claro — dijo Jisung con obviedad y el aludido sólo se dedicó a soltar una carcajada debido a la discusión de sus amigos.
Al cabo de unos minutos, Seungmin ganó y sonrió victorioso aunque Minho decía que lo había dejado ganar ya que era su cumpleaños. Los dos jóvenes fingieron que le creían y se dirigieron a un juego más.
Ahora estaban en las canastas de básquet, habían hecho una apuesta entre Jisung y Minho, quien tuviera menos puntos hechos, compraría los helados. Seungmin había querido comprarlos pero los chicos no lo dejaron así que resignó y sólo se dedicó a mirar divertido a sus amigos, alentando a ambos con una gran sonrisa en su rostro.
Esta vez, Jisung perdió.
— Eso te pasa por haber estado de lado de Seungmin antes — se burló Minho.
— Está bien, me lo merezco — admitió, alzando las manos rendido.
Pronto, salieron del arcade y fueron a la heladería, caminando un poco hasta esta ya que quedaba algo lejos. Cuando llegaron, cada quien pidió el sabor que quería y Jisung pagó. Tomaron asiento en una de las mesas que se encontraba el lugar y charlaron un poco, riéndose de vez en cuando debido a las bromas que hacían.
En seguida el móvil de Seungmin comenzó a sonar en el bolsillo de su pantalón y con una mano lo sacó mirando la pantalla, al ver quién era sonrió ampliamente.
— ¿Quién es? — inquirió Jisung y Seungmin, sin quitar su sonrisa de su cara, alzó la mirada y vió a sus amigos quienes también lo miraban.
— Debe ser su novio, ¿quién más? — se burló Minho, sonriendo burlón.
— Dios, mejor cállense. — fue lo único que dijo Seungmin antes de contestar la llamada — Hola, amor.
