Hoy me levanté rara, como si ayer no hubiese pasado nada.
Me preparé para ir al colegio y salude a mi padre que se estaba por ir a trabajar. Yo estaba feliz porque hoy venía mi primo a visitarnos, el era en único que me entendía, protegía y sabia mis secretos.
Tocó el timbre pasa salir de clases, fui corriendo hasta mi casa y en la puerta vi a mi primo, se me salian las lágrimas de alegría.
Entramos a la casa y nos fuimos a mi habitación, nos sentamos en el piso y le conté todo lo que me había pasado. Lloré como nunca ese día
Y Martín me dijo:- Hay Romi.. No te pongas así, siempre estaré contigo y desde Ahora nada te va a pasar
Solo el sabia como calmarme en esos momentos