Todo o Nada

Capítulo VII

PARTE I

VACACIONES DE PRE-TEMPORADA JUEVES 18/03/2021

ISLAS BALEARES, IBIZA, ESPAÑA.

El sol calaba en la piel haciendo que se produjera más melanina, justo lo que buscaban todos, un bronceado de verano a finales de la temporada fresca de la isla, por suerte para todos, el pronóstico estaba a su favor con temperaturas entre los 22° y 24° grados, con un cielo parcialmente despejado.

Haciendo el registro del hotel, se encontraba un rubio neerlandés con cara de pocos amigos. Max no comprendía del todo lo que la chica frente a él le decía y sus amigos a sus espaldas haciendo el payaso, tampoco ayudaba.

— Un momento, please — pronunció con dificultad, debido a su nulo conocimiento sobre el castellano.

Se acercó a sus "amigos" para charlar de forma civilizada.

— Dejen de ser tan idiotas y ayúdenme, no entiendo que mierda me dice la rubia de la barra, y al parecer la tarada no aprendió inglés en la escuela — se quejó.

— Tarada tu puta madre — le respondió la chica desde el mostrador.

— Pero qué maravilla — respondió irónico — No sólo eres tarada, también te gusta hacerte la pendeja - le dijo esto último en un español inmaculado.

La joven no soportaba a los turistas y mucho menos aquellos que no lograban coordinar tres palabras en su idioma, había tomado aquel trabajo por culpa de su padre, el cual era dueño del hotel y quería que aprendiera, dicho con sus propias palabras "A agarrar la pala".

— Yo me encargo — murmuró el menor de los hermanos.

El chico de sonrisa pícara se acercó al mostrador desbordando seguridad y coquetería, sabía que no había chica que se resistiera al encanto que tenía hablar en francés.

— Désolé, mon ami ne sait pas comment traiter une jolie fille — le sonrió, e inmediatamente la chica cedió al encanto.

—Tout le monde ne peut pas être un charmeur comme vous, n'est-ce pas ? — le devolvió la sonrisa.

Y así fue cómo consiguieron su reserva en el hotel, Max se ganó una nueva úlcera y el odio de otra persona, "Una raya más para el tigre" pensó.

— El francés es el idioma del amor — se regocijó con su triunfo ante el rubio.

 — En realidad — respondió alguien ajeno a dicha conversación — El Emperador Romano, Carlos V dijo y cito "Hablo en español a Dios, italiano a las mujeres, francés a los hombres, y alemán a mi caballo".

— Buenos días, Kimi — lo saludo el chico de Ferrari — ¿Qué haces por aquí?

— Lo mismo que ustedes, unas vacaciones antes del trabajo-.

— ¿Por qué le hablarías en alemán a un caballo? — cuestionó el piloto de Williams.

— Porque es un lenguaje rudo, perfecto para domar a las bestias — le resto importancia.

— Ya sabemos en qué idioma hablarle a Verstappen — se burló Charles.

— ¿Quieres que te responda en italiano, il mio sole di metà pomeriggio? — le regresó el rubio.

—Mir ist es lieber, wenn du auf Spanisch mit mir sprichst, Tulipan — contraataco.

Era divertido verlos discutir en idiomas que ambos dominaban y entendían a la perfección, los demás sabían que sería una batalla campal de allí en adelante, pues cada parte buscaría la forma de hablar en dichos idiomas sólo para molestarse entre sí.