Noemí
EL DISPARO que medio esperaba nunca llegó. No sabía quién era más propenso a disparar primero, pero teniendo en cuenta la ira de Conner y la volatilidad de papá, me
sorprendió el extraordinario silencio que había en la planta baja. Inquietantemente silencioso.
Me acordé del silencio que me llevó a mirar desde el auto. La intensidad despiadada de Conner mientras estaba de pie, con el arma aún levantada, había sido escalofriante.
No era ningún secreto que era capaz de asesinar, pero verlo en vivo era otra historia, especialmente cuando lo había hecho para salvarnos. Verlo matar a otro hombre debería
haberme horrorizado por varias razones. Sin embargo, todo lo que pude invocar fue un cálido manto de alivio. Habría muerto si no fuera por su despiadada persecución de esos
hombres.
Silenciado permanentemente.
Mi padre nunca habría pagado por lo que había hecho, y habría sido culpa mía por no hablar. Mientras me sentaba en el silencio de mi habitación, me di cuenta de que había
terminado de perder el tiempo. Tenía que decirle al tío Donati la verdad sobre la muerte de mi madre.
"¿Qué jodidas mentiras les has estado alimentando?"
Mi padre irrumpió en mi habitación, con los dientes apretados por la ira.
" Sabía que estabas abriendo la maldita boca".
Nunca lo había visto tan maníaco.
Intenté volver corriendo a la cama, pero era demasiado tarde. Su mano agarró mi camisa y me atrajo hacia él, nuestras caras estaban a centímetros de distancia. Tan cerca que podía oler la locura que emanaba de él. Me
obligué a no forcejear, aunque sentí como si hubiera metido la mano en lo más profundo de mi pecho y exprimido el aire de mis pulmones con los puños.
“Lo que sea que hayas hecho, lo vas a arreglar. ¿Me escuchas? Si crees que una vez que te casas, eres libre de hacer lo que quieras, piénsalo de nuevo. Somos sangre .
Estás ligada a mí por encima de todos los demás, y si olvidas ese hecho, será tu hermano quien pague. Si jodes esto, te garantizo que lo sentirás".
Nunca antes había escuchado la promesa de violencia tan claramente en sus palabras. El hombre estaba totalmente desquiciado.
Sin esperar una respuesta, me empujó lejos. Caí de espaldas en mi cama, mi cabeza golpeó contra el borde de mi mesita de noche. Hice una mueca, apretando los ojos y cerrándolos con fuerza, y cuando los abrí, papá se había ido.
Me froté la cabeza con cautela, con la esperanza de no terminar con un huevo de ganso.
¿Por qué diablos estaba tan preocupado por lo que los irlandeses pensaran de él? ¿Por qué estaba tan involucrado en este matrimonio y alianza?
Ni siquiera podía comenzar a adivinar lo que pensaba porque claramente no conocía al hombre en absoluto.
Después de veinte años bajo el mismo techo, mi padre seguía siendo un completo extraño.
Rechacé una ola de remordimiento que avanzaba y me aferré fuerte a mi determinación. Saltando de la cama, recuperé el teléfono desechable de debajo de mi colchón y lo metí en mi bolsillo antes de salir a escondidas de mi habitación.
Necesitaba encontrar un lugar donde fuera poco probable que papá estuviera escuchando. Decidiendo que el garaje podría ser mi mejor opción, bajé las escaleras y me
dirigí a la parte trasera de la casa, tratando de pasar desapercibida. No quería parecer sospechosa si alguien
estaba mirando cámaras secretas.
Escúchate. ¿Cómo se volvió tan loca tu vida?
No tenía ni puta idea. Un minuto, yo era una adolescente normal que se graduaba de la escuela secundaria, luego mi madre estaba muerta, mi padre ausente se había
desmoronado y yo estaba planeando maneras de escaparme con mi hermano.
Tal vez podría ganar suficiente dinero para escapar vendiendo mi historia a Lifetime TV.
Negué con la cabeza, sacando el teléfono en un rincón oscuro del garaje. Marqué el número de Pippa, rezando para que respondiera a pesar del número desconocido.
"¿Hola?" Su voz estaba teñida de incertidumbre y un toque de molestia.
"¡Pepita! Soy yo."
No pude evitar sonreír mientras
imaginaba la sorpresa en su rostro.
