𝐉𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐝𝐞 𝐭𝐫𝐞𝐬//+𝟏𝟖//𝐌𝐨𝐧𝐝𝐨, 𝐃𝐨𝐦𝐢𝐧𝐢𝐤 𝐞 𝐈𝐬𝐡𝐢𝐦𝐚𝐫𝐮

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¡ATENCIÓN! LA SIGUIENTE PARTE CONTIENE MENCIONES DE ABUSO SEXUAL Y EN GENERAL TEMAS SENSIBLES, SE RECOMIENDA DISCRECIÓN.

Dominik:

Limpié la sangre de mis manos mientras me dirigía dentro de la casa de Mondo, que ahora también era mi casa. Odio decirlo, pero admito que me gusta, y no precisamente poco.
También me pareció muy extraño lo que sucedió con Kazuma.
Sabía que ese señor era un pedófilo, pero nunca pensé que uno de sus casos me tocaría de cerca. Y mucho menos Ishimaru, un chico tan correcto, con el que recién me enteré que Owada tuvo sexo.
No pude negar que sentí algo de celos, pero saber que no podía hacer nada al respecto me quitaba las ganas.

-Hey... ¿Mondo...?- musité, entrando de nuevo a casa donde se encontraba él, mirando por el visillo cual vecina chismosa.-¿Podemos hablar?

-¿De qué? ¿De nuevo con tus crisis de sexualidad?- miró burlonamente hacia mí, pero se detuvo cuando notó que iba en serio.

-E-Eh... De nada, sólo hablar... Ya sabes...- rasqué la parte trasera de mi nuca con nerviosismo.

Tras unos largos minutos, decidí hablar de nuevo:

-Te tengo envidia, ¿sabes? 

Se dió la vuelta y me miró extrañado. Yo ni siquiera le estaba viendo a los ojos como siempre lo hacía. Estaba mirando a través de la ventana, tomando nota de todo lo que había pasado ese día.
Aquel día.
Aquel MALDITO día...

Flashback--Hace tres años, Puertas de salida de la Academia Kunogiaoka:

Era una noche oscura. Dominik había terminado una misión de manera eficiente, y los rastros de la ejecución ya estaban a raya. Estaba con su pandilla, pues tenía que ejercer su deber de guardaespaldas para Daiya y Mondo. Todo iba bien esa noche.

Nada debió haber pasado de no ser por ellos.

Llegaron ellos, una pandilla enemiga de los Crazy Diamonds.
En lo que pareció un segundo, todo se convirtió en caos. Hubo una gran pelea entre las dos pandillas, ninguna en ventaja, ninguna en desventaja, pero el daño seguía presente. Entre forcejeos y golpes, el líder y el sublíder lograron acorralar a Dominik contra una esquina del callejón.

-¿Este es el chico de Daiya, no?- dijo el hombre de menor tamaño, aunque seguía viéndose intimidante.

-Su guardaespaldas. Su perra, vaya...- bromeó el mayor y ambos rieron mientras le acorralaban.

-Ni un paso más... V-Voy a mataros como sigáis con esta mierda...- gruñó, aunque era evidente que ya no tenía oportunidad contra ellos.

Eran una gran pandilla, ni siquiera recordaba su nombre. Líder y sublíder, Kenji Namura y Osuke Touji, mejor conocidos como dos bestias sin alma que querían apoderarse del legado de Daia Owada, líder de los Crazy Diamonds. O en otras palabras, su jefe.
El resto de hombres estaban ocupados liándose a ostias con otros miembros de los Crazy Diamonds, mientras Kenji y Osuke acorralaban a Dominik, quien ya tenía un labio sangrante. Le habían pillado desprevenido, fue la única vez que alguien consiguió enfrentarse a él de esta manera.

-Mira, maricón, te tenemos en la mira y encima desarmado y sin fuerzas, no tienes oportunidad contra nosotros...- se mofó de su fracaso Touji, el menor de los dos.

-Así que vamos a ofrecerte un trato...- continuó Namura, quien se hizo a un lado para revelar lo que estaba tras de él.

Era una escena espantosa, digna de un filme de terror.
Ahí yacía Mondo, atado e inconsciente, sujeto por dos hombres, mientras que Namura le apuntaba con una pistola. Tadaomi observó la escena con puro terror en sus profundos ojos morados.

-¿¡Q-Qué le habéis hecho!?- dijo en un grito ahogado, el corazón en la garganta y un nudo en su estómago.

Antes de que pudiera responder algo más, notó unas fuertes manos apretando en su cuello, las de Kenji.

-La elección es tuya. O te "profanamos" a tí...- dijo, acercándose aún más a la cara del chico teñida de desesperación, mas no le liberaba aún del potente agarre de sus manos.-... O nos cargamos a Owada.

Dominik apenas pudo decir algo más incluso si notó que Namura le liberó un poco para que hablase, él seguía ahogado por el terror. Miró hacia abajo y asintió sin fuerzas mientras musitaba:

-Si dejar que mi cuerpo sea violado es lo que debo hacer para proteger el legado de los Crazy Diamonds... Entonces lo haré.- sus desesperados ojos se tornaron en una mirada detrminada y valiente, aunque su valentía era una tapadera para su terror, porque sabía lo que iba a suceder.

Sabía que su alma impune estaba a punto de ser profanada. Estaba obligado a entregar el más puro y vulnerable de los tesoros del ser humano a ellos. No lo merecían. Ni ellos merecían el gusto, ni él merecía perder su virginidad de una manera tan cruel como esta.
No fue "su paso a la madurez", como el mundo lo hacía ver. Se supone que las primeras veces eran bonitas, gentiles y románticas, pero no entendía por qué él no podía tener una primera vez así...

En ese momento deseó estar muerto.

Fin del Flashback--

-Ehh...¿Dom? Tierra llamando a Dominik Tadaomi, ñeeec...- dijo en broma, acariciando su cabeza.

Éste se sobresaltó levemente, pero volvió rápidamente a la realidad.

-A-ah, sí...

-¿Por qué decías que me tenías envidia?- preguntó genuinamente.

-N-No es nada... Es sólo que...-suspiró- No estás listo para saberlo...