• 𝘾𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙀𝙞𝙜𝙝𝙩𝙚𝙚𝙣 / indiscreet passion

70 2 0
                                    


Hace una semana que había recibido la noticia, hace una semana que mi mente no paraba de procesar como lo llevaría, como lograría sobrevivir sin mi otra mitad.

Fue una semana de mucho estrés y muchos inconvenientes, sobre todo por mi proyecto final. Con este proyecto se daba por terminado mi ensayo en la materia y sobre todo en la facultad, y estaba demasiado agotada pero feliz de lograr ello.

En solo un día la banda se iría de gira, llevándose a Ada junto a ellos, arrebatándome a mi única compañía en este cementerio llamado universidad.

- ¿Es necesario que te vayas? - pregunté a la rubia.

- Se que puedes sobrevivir sin mi, Hannah - carcajeo - No se te acabará el mundo si no estoy aquí.

- Si, se me acabará. Ada, tú eres el único demonio que tolero en este pequeño infierno.

- Yo soy un pequeño angelito  - rodó los ojos - Deberías agradecer que no estoy del todo loca y psicótica.

- No estaría tan segura - suspiré - No serán lo mismo sin ti los desayunos.

- Trae tostadas de avena todas las mañanas, no dejes que queden en el olvido, como lo haré yo - el timbre resonó anunciado que el descanso había terminado, era tiempo de regresar a las aulas.

(...)

Eran las tres de la tarde y mis clases habían terminado, Tom se había ofrecido en recogerme, así que espere ansiosa y paciente, era la última noche que estaría entre sus brazos antes de que la gira comenzará.

- Estas mas preciosa que ayer - murmuraron cerca de mi oído, produciendo un escalofrió por todo mi cuerpo.

- Tom... - solté un leve jadeo al reconocer su voz.

- Hannah - dijo imitando mis palabras y moviendo mi cuerpo para quedar frente a frente - Sigo poniéndote nerviosa  ¿No es así? .

- En tus sueños - empuje su cuerpo y camine para subirme en el vehiculó.

- Bien.

Emprendimos vuelo hacia mi hogar, el ambiente estaba tranquilo.

- Bonita - dijo llamando mi atención.

- Si.

- Este es mi ultimo día en la ciudad y quiero pasar cada segundo contigo - pude sentir como mis ojos se iluminaba lentamente, logrando que una sonrisa se escapara de sus labios - Tu eliges nuestro destino.

- Umm - hice un mohín con mis labios - No lo se, sorpréndeme Kaulitz.

El recorrido fue ameno, con bastantes charlas y maneras de poder visitarlo en cada concierto, lo cual era completamente imposible de lograr.

Llegamos a un prado verdoso que percibiéndolo mejor pude reconocer que seria la zona de un aeropuerto, no entendía nada, en lo absoluto.

- No entiendo - pronuncie captando la atención de el de trenzas - ¿Tan pronto quieres que me deshaga de ti?

- Hannah - rio - No es lo que piensas.

- Me trajiste al aeropuerto Tom, parece que quieres que sufra más de lo que ya lo estoy - el sarcasmo brotó de mis palabras.

- Ven te quiero enseñar algo - Tomó mi mano y tiro de mí, llevándome hacía el pequeño prado que estaba justo en la entrada - Quería enseñarte lo lindo que es éste lugar.

Observé lo bonito que era, el atardecer estaba en su punto, el sol se posaba en lo más profundo, sentir el aire fresco correr por mis mejillas y la sensación de adrenalina que causaban los aviones estando cada vez más cerca, era increíble.

Sentí como los brazos del guitarrista me rodearon por detrás, la sonrisa en sus labios era amplía, logrando que de los míos brotará una.

- Tom - Musite en un hilo de voz, estaba realmente sorprendida - Es hermoso.

- Así es, es igual de hermoso que tú.

Mis mejillas estaban tibias y mis labios se abrieron poco a poco ante el cumplido de este. Al notarlo el guitarrista entrelazo mis dedos junto a los suyos y beso mi mejilla suavemente.

- En mi niñez solía venir a distraerme aquí - suspiro - Es un lugar donde siento paz, cuando la prensa o los conciertos me ahogaban, llegaba de inmediato.

Gire mi rostro centrándome en su perfil perfecto, este hombre era tallado por los mismísimos ángeles.

- Pensé que no sería mala idea traerte conmigo, esta es la hora perfecta en la que el sol se alinea con el cielo y todas las nubes, es una hora muy transcurrida, los aviones pasan seguido por aquí. Es jodidamente hermoso, Hannah - Respiro profundo y su mirada se iluminó cuando observó cada tramo de mi rostro - Tus ojos son mi atardecer favorito.

No podía sentir nada, mi cuerpo estaba completamente tenso y una extraña necesidad de posar mis labios sobre los suyos me tentaba cada vez más.

No podía ser paciente, al menos no del todo. Sería el último día con él, último para sentirlo, para sentir sus labios y cada parte de él, estaría exagerando si dijera que sería la última vez en mucho tiempo, que podría contemplarlo, pero el deseo no desaparecía. Quería quedarse cada vez más.
No lo dude y un pestañeo estaba sobre su regazo, sobré él. No pareció incomodarle, podía notar que sus ojos me decían que deseaban lo mismo que yo, que no podrían detenerse hasta que no logrará mi cometido.

- Ten cuidado con lo que haces, pequeña - susurro contra mi oído, logrando una corriente de electricidad por todo mi cuerpo - No suelo ser tierno con este tipo de cosas.

- Nadie te lo está pidiendo, Kaulitz - suspiré pesadamente ante el contacto de los dos cuerpos - Tus ojos hablan por sí solos...

Beso mis labios desesperadamente, como si jamás se hubiera deleitado a tan exquisito sabor, cedí a su acción, estaba tan desesperada como él. Su lengua no pidió permiso y atravesó las barreras de mis labios, para jugar con la mía, posó su mano en mi cintura mientras acariciaba suavemente mi espalda y me estrechaba hacía el cada vez más, solté un suspiro ahogado ante los movimientos, tuvimos que separarnos por falta de aire, era lo que menos deseaba en esos momentos.

- Al parecer Hannah Wagner no es tan inocente como pensaba - sonrió con total seguridad.

- No sabes nada sobre mí - jugué, imitando su juego - ¿Que te hace pensar que no lo soy? No todos tenemos pensamientos tan malvados como tú.

- Tal vez por como me tienes en este momento - apretó su cuerpo contra el mío y metió su rostro en mi cuello, logrando que me estremeciera con tan solo sentir su aliento.

- Tom... - solté en un hilo de voz, estaba divagando por mi cuello, dejando un camino de besos hasta mis pechos.

Beso cada tramo de mi piel mientras me estremecía contra él, su respiración tibia y el viento helado erizaban mi piel, al mismo tiempo escalofríos inundaban mi cuerpo. Bajo su palma hasta llegar a  mi entrepierna, acariciando mis muslos, levantó mi falda suavemente, su manos recorriendo mi cintura me dejaban sin aliento, su tacto me dejaba sin aliento, él hacía que mi respiración desapareciera y que mi alma saliera de mi cuerpo por un momento.

























Saam 💘.

Hola, espero se encuentren increíblemente bien, me reporto de nuevo después de un pequeño bloqueo en mis ideas. Este es un capítulo muy importante, ya que cuenta como uno de los últimos de este fanfic.

Espero lo disfruten tanto como yo

XOXO, SAAM.

𝘿𝙀𝙑𝙄𝙇 𝙀𝙔𝙀𝙎  |  Tom Kaulitz  (Tokio hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora