tender child (KookV)

CAP.18

Jungkook: —no he comido nada desde ayer en la mañana... Mire el reloj, eran las siete de la noche, pero no quería pararme, llamaron a la puerta pero no hice caso, cuando escuché alguien estaba abriendo la puerta de mi cuarto— Vaya!!!, que peste —era Jin, joder.. Jin—
Jin: ¡Eh!, ¿No te has bañado esde cuando?, aparte no tienes ni una luz prendida —las encendí para encontrar a un Jungkook pálido, con ojeras y su cuarto desordenado— Kook... Levántate, vamos —nego y se tapo de la luz— ¡Kook! —lo senté en la cama— tienes temperatura, ¿Ya comiste o bebiste algo? —no respondió, tenía una cara del asco— Jungkook, vamos a la cocina, anda
Jungkook: —me dolía tanto la cabeza que tenía vértigo y aturdimiento— Jin... De verdad me siento mal.. —le susurré para volverme a acostar— bien, te traeré la comida, también recogeré tu casa que es un desastre
Jin: —lo primero que hice fue darle de comer, para recoger su cuarto, cocina, baño y sala, lo demás estaba limpio— menos mal que me diste la llave —me senté en su cama cuando había acabado— ¿Quieres que me quede contigo?, a Namjoon no le molestará —nego— algo me dice que no me estás diciendo cosas
Jungkook: —en este mes que no ha estado Tae, me he puesto a pensar en mi, en cómo llegué a ser luchador o el por qué, mi vida antes de serlo era mierda, no tenía a nadie, tampoco para comida, era un Don nadie— ¿Soy suficiente..? —le pregunté sollozando— ¿En serio me preguntas eso?, ¡Claro que sí! —negue, no soy suficiente, ni siquiera para mi tigre, está mejor con sus abuelos, ¿Verdad?, se que está mejor ahí— Jungkook, no puedes seguir así el resto del mes, empaca, te llevo a mi casa —lo mire extrañado, me acosté de nuevo en la cama y me tape con las sábanas— no iré..
Jin: ¡lo necesitas pendejo!, mírate, con todo respeto, si no te levantas está claro que yo lo hago con calzón chino, ¡Arriba! —a veces para ayudar a un amigo, lo que necesitas es... Levantarlo, ayudarlo a salir de todos sus pedos que lo están comiendo, por qué si el no lo hace, tiene a alguien que lo levanté por los pelos— vamos, te pongo mudas de ropa cómodas, ¿Dónde están tus calzones? —logre que se riera muy poco, señaló el cajón y cojo como unos diez, también pillamada, playeras, pantalones— te lo llevo en tu bolsa de gimnasio, te vistes con esto y esto, te espero —por respeto me saldría, pero si lo hago, se que el no lo haría—