Celos

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Au: No son futbolistas

Resumen: João Félix estaba preparado para un día más de trabajo, aunque nunca imagino que su día comenzará de esa forma.

⚽️

João Félix nunca imaginó que su día en la oficina comenzará de esa forma, no esperaba que en cuanto pusiera un pie en la oficina de su jefe, este lo sorprendiera con un apasionante y acalorado beso, el cual no había sido suficiente para ninguno de los dos.

Fue solo cuestión de minutos para que Félix terminara sobre el escritorio de su jefe sin la parte inferior de su traje, mientras que su camisa era sujetada solo por un par de botones, exponiendo gran parte de su torso.

Cancelo arremetía con fuerza en su interior, a la par que se encargaba de dejar múltiples marcas por su cuello y pecho.

Félix sentía todo su cuerpo temblar ante los constantes estímulos en su cuerpo, le ere difícil callar sus gemidos y jadeos, sobre todo cuando Cancelo golpeaba en el punto exacto que lo hacía estremecer.

Sabiendo que no debía hacer mucho ruido se llevó una de sus manos a su boca, para intentar suprimir los sonidos que salían involuntariamente de esta.

-Você está tão bonita, menino (Te ves tan hermoso)- Murmuró Cancelo muy cerca del oído del menor, provocando que este se estremeciera por el sugerente tono.

Félix sabía que estaba cerca de llegar, podía sentir el ligero cosquilleo en su vientre bajo, las constantes embestidas y estímulos sobre su piel lo estaban llevando al límite.

Quizás era la adrenalina de poder ser descubiertos en cualquier momento o el hecho de que Cancelo se estaba comportando de una manera tan posesiva lo que volvía la situación demasiado caliente.

Podía sentir la penetrante mirada del mayor sobre él, mirándolo como si fuera lo más valioso en el mundo, sentía su fuerte agarre en sus caderas, sabía que se quedarían con marcas durante un tiempo, pero no le importaba en lo más mínimo.

Una fuerte mano lo tomo por las mejillas y le obligó a clavar su mirada en la ajena, a pesar de las pequeñas lágrimas que se acumulaban en sus ojos y que nublaban ligeramente su visión, pudo detectar en la mirada ajena el pequeño toque de molestia en Cancelo, aunque no estaba pensando con claridad como para saber si aquello era realmente cierto o solo su imaginación.

-Solo yo puedo tenerte así ¿No es así Mô?- Decir que la pregunta no tomó por sorpresa a Félix sería mentir, sin embargo no tuvo mucho tiempo de procesar lo dicho pues las embestidas del mayor habían aumentado su ritmo haciéndole casi imposible concentrarse en lo que le decía -Porque eres solo mío ¿Verdad?... Vamos menino, quiero escucharte-

El tono autoritario del mayor sin duda lo calentaba, le hacía estremecer, tanto que le era imposible dar una respuesta coherente en esos momentos, tan solo atino a asentir repetidas veces, sin embargo aquello no fue del agrado de Cancelo.

Rápidamente hubo una reacción, y está fue que el mayor apretara con un poco más de fuerza sus mejillas, y comenzará a disminuir el ritmo de sus embestidas.

Félix al darse cuenta de esto miró de forma suplicante a su superior, rogando para que no se detuviera.

-Estoy esperando tu respuesta-

-Sim! Eu sou seu, só seu (¡Si! soy tuyo, solo tuyo)- Exclamó rápidamente, desesperado por correrse, pues estaba a punto de hacerlo.

-Buen chico- Halaga en un tono complacido, para luego dejar un suave beso en la frente del menor.

Nuevamente su vista se clavó en los ojos de su jefe, está vez pudo notar el deseo y la pequeña chispa de posesividad en su mirada, de igual forma se percató de la arrogante sonrisa que se dibujó en su rostro.

Aunque de nuevo, no tuvo oportunidad de centrarse mucho en aquellos detalles, pues como si por arte de magia, en cuanto dijo esas palabras, Cancelo retomo el ritmo, golpeando con fuerza su interior, haciéndole imposible concentrarse en algo más que no fuera el placer que sentía en esos momentos.

Tras unas cuantas embestidas más, Félix por fin pudo liberarse, sintiendo la oleada de calor recorrer su cuerpo entero al correrse, luego se encargaría de limpiar el desastre que causó.

No tardó mucho en sentir cómo Cancelo de igual forma llegaba al clímax, llenando su interior con su esencia.

Cansado y agitado, relajo por completo su cuerpo, intentando recuperar el aliento.

Cancelo por su parte se quedó unos pocos segundos completamente quieto, aún en el interior del menor, mientras lo miraba fijamente con una sonrisa de satisfacción.

Cuando consiguió recuperar un poco de aliento, Cancelo se retira del interior de Félix, solo para tomarlo entre sus brazos y así cargarlo, sentándose en su silla y acomodando al menor sobre él.

Lo siguiente que Félix siente son las suaves caricias de su jefe por todo su cuerpo, al igual que los pequeños y cariñosos besos que dejaba sobre su rostro.

João no pudo hacer más que relajarse en los brazos de su jefe, gustoso de las atenciones y mimos que estaba recibiendo, dejándose hacer al gusto del mayor.

A pesar de estar demasiado cómodo en la posición actual, aún estaba curioso por la repentina actitud de su jefe.

Es decir, conocía a su mayor, y sabía que este odiaba relacionar la vida laboral con la personal, Cancelo sabía lo peligroso que podía ser que alguien los atrapara en dicha situación, pues ambos podrían perder su empleos si eso llegaba a pasar, el mayor había sido muy claro en este punto.

No entendía porque repentinamente Cancelo se había comportado de dicha forma, pues si de algo está seguro João Félix, es que Cancelo no es un tipo posesivo, mucho menos celoso.

Aunque si era sincero no estaba realmente interesado en saber el porqué de su actuar, pues a pesar de no admitido le había encantado ser cogido de una forma tan desvergonzada y posesiva.

⚽️

Tres golpes suaves son dados en la puerta, Antoine Griezmann puede leer claramente "João Cancelo" en la madera.

Espera pacientemente a que la puerta sea abierta o a recibir una invitación para entrar, para su dicha la puerta es abierta casi de inmediato y por el chiquillo que tanto deseaba ver.

Frente a él puede ver al joven portugués, quien hace unos pocos meses había dejado de ser su asistente personal.

Estaba a punto de saludarlo con entusiasmo, de no ser porque sus ojos se encargaron de observar con más detalle al menor.

Cabello revuelto, ropa mal acomodada, un evidente sonrojo en sus mejillas y por si fuera poco su camisa mal colocada dejaba a la vista su cuello, el cual lucía marcas rojizas recientes.

El Francés esperaba que su mente le esté jugando una mala pasada y que no sea realmente lo que está pensado.

-Se-Señor Griezmann... Es un gusto volver a verlo, el señor Cancelo está listo para recibirlo-

Eso era todo, el tono nervioso y apurado de João le había confirmado todo lo que no deseaba creer.

Ni siquiera tuvo tiempo de decir algo, ya que João escapó del lugar, dejando la puerta abierta tras él.

Como si de un imán se tratara sus ojos siguieron al joven hasta que desapareció por completo del lugar, obligándose a posar su mirada en él frente, encontrándose con la sonrisa arrogante de João Cancelo.

Tuvo que reunir todo el autocontrol que tenía para forzar una sonrisa y no decir nada al respecto.

Sin más se obligó a entrar en la oficina del portugués, pues aún tenía asuntos que atender.

Mientras tanto, João Félix se escabullo hasta el baño, agradeciendo a todos los dioses por no encontrarse a ninguno de sus compañeros de trabajo.

Al llegar al lugar, lo primero que hizo fue revisar su aspecto, llevándose la terrible sorpresa de que estaba hecho un desastre, su aspecto revelaba lo que acaba de suceder tan solo unos minutos atrás.

No sabía con qué cara iba a ver a su ex jefe de ahora en adelante.

Sin duda iba a matar a Cancelo.

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