My CamBoy (Kookmin)

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Jimin está impaciente, ansioso por darles a sus espectadores lo que quieren, así que saca los dedos, los limpia con una toalla y toma el consolador. Ese mismo consolador. Hace unos meses, cuando Jimin apenas comenzaba su carrera de camboy, él y Taehyung estaban bebiendo y Taehyung lo empujó a comprar este consolador. Al principio, Jimin estaba terriblemente avergonzado: su perversión no era la más rara, dada la aceptación gradual de los hombres lobo en la sociedad, pero aún así era bastante vergonzosa. Incluso cuando el alcohol atenuó el sentimiento de vergüenza, todavía se sonrojó, navegando por el sitio web de la tienda con un Taehyung alegre y curioso a su lado. Eligió un juguete que no fuera demasiado extraño y que no se pareciera a una p.o.l.l.a real, para que Jimin pudiera darse el gusto sin sentir que estaba haciendo algo mal. Entonces, ese mismo consolador. Veteado, grande pero no intimidantemente grande, y con una forma bastante humana excepto por la superficie acanalada y el ancho nudo en la base. 

Jimin nunca pensó que esto sería lo más destacado durante las transmisiones, pero no puede negar cuánto lo excita y vuelve locos a sus espectadores. Sostiene el consolador frente a la cámara, sosteniéndolo en posición vertical mientras vierte lubricante en la cabeza, convirtiendo una simple acción en un espectáculo, extendiendo el lubricante por toda la superficie del juguete con la mano. Jimin no oculta la emoción que burbujea en la boca de su estómago mientras sus dedos se aprietan alrededor del nudo y ve que apenas puede rodearlo con su mano. En otra ocasión, habría pasado más tiempo provocando al público, tal vez lamiendo y chupando el juguete hasta que empezó a babear, o presionándolo contra su propio miembro, estremeciéndose por la diferencia de tamaño.

Sin embargo, el chat se inunda de comentarios, y después de un par de grandes donaciones, Jimin pierde las ganas de bromear. Se acuesta sobre la almohada con las rodillas dobladas y el culo girado hacia la cámara, y pasa el extremo húmedo del juguete por su a.n.o. La excitación late con fuerza a través de sus venas y sus músculos abdominales se contraen mientras empuja la cabeza hacia adentro, sintiendo el estiramiento y obligándose a abrir los ojos para verlo en el marco. Sus labios se abren con un suspiro silencioso cuando el juguete se hunde en él, su rostro hace una mueca, pero no quita la vista de la forma en que su a.n.o se abre para el juguete, cómo extiende sus músculos. Arden y el placer pulsa en la base de su columna mientras empuja el juguete con más fuerza, tratando de apretarlo, deteniéndose cuando el nudo atrapa los bordes de su c.u.l.o. Los músculos de sus muslos se aprietan violentamente y su p.o.l.l.a se contrae, el líquido preseminal deja un rastro húmedo por su estómago. "Joder, joder, que grande", exhala Jimin, todo arde con el deseo de sentir el juguete moverse dentro de él como si lo estuvieran jodiendo . Jimin no siempre tuvo éxito en lo que es tan importante para un camboy: montar un espectáculo sensual, planificar cuidadosamente cuándo gemir y cuándo correrse. 

En cambio, cedió demasiado rápido al placer, gimiendo, retorciéndose, sudando y rogando hasta que sus muslos temblaron y su p.o.l.l.a se volvió tan sensible que no pudo tocarse hasta que estuvo cerca del orgasmo. Sabe que a la mayoría de sus espectadores les encanta verlo tan desesperado, verlo desmoronarse con el toque de sus propias manos, pero todavía no puede deshacerse de la humillación que siente cuando permite que extraños lo miren. Y de hecho, este sentimiento de vergüenza hace que la p.o.l.l.a de Jimin se ponga más dura.. "No había tenido nada tan grueso dentro de mí en tanto tiempo", dice Jimin, y continúa f.o.l.l.á.n.d.o.s.e lentamente con el juguete, pero sin insertar el nudo todavía. 

El calor se arremolina como serpientes en su estómago cada vez que saca el juguete, solo para volver a empujarlo hacia adentro, estremeciéndose cuando toca su próstata. Más dinero fluye hacia su cuenta, y Jimin se obliga a mirar los comentarios, ya perdido en la neblina de deseo que ha cubierto su mente, sintiendo que se merece todos los apodos que le llaman. El público le dice que es un guarro desesperado, que recibe p.o.l.l.a.s como si estuviera hecho para ello. Elogian sus labios carnosos, sus palmas pequeñas y su c.u.l.o apretado. Jimin echa la cabeza hacia atrás y g.i.m.e, la campana de su gargantilla tintinea mientras más líquido preseminal gotea de la cabeza hinchada de su p.e.n.e. Cuando los músculos de sus piernas comienzan a doler por el estiramiento, se sienta (el consolador se le sale y Jimin se alegra de haber puesto una toalla debajo de él) y se gira para apoyarse sobre los codos y las rodillas, mirando hacia atrás para comprobar el disparó - detrás de él, por supuesto, el c.u.l.o se ve delicioso - y notó el comentario antes de volver a sentarse en el juguete.