Ejecución

Esta historia es una especie de AU, por ello no tiene lugar específico en la novela o manga, tampoco mucho contexto, solo el necesario para que se entienda la situación; además de cosas que no han pasado ni pasarán en el canon. 

Una cosa más para aclarar por si no se entiende, en esta historia Mao Mao y Jinshi ya son pareja y tienen muy claros sus sentimientos.

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–Debe firmar, el plazo ya se venció –el hombre le entregó el documento.

–No puedo... no puedo hacer eso... –el chico estaba triste.

–Tiene que hacerlo o usted también será señalado como traidor.

–No me importa, si ella muere... yo no podré seguir –sollozó.

–Claro que podrá, no debe olvidarse de la pequeña princesa, si usted también muere, ¿qué será de ella?

Jinshi no dijo nada más y tomó el papel que le ofrecía el oficial, una pluma y firmó.

–Al menos podré cumplir su deseo...

...

–Mañana te ejecutarán... –Jinshi tenía la mirada baja.

–Sabíamos que ese día llegaría –Mao Mao suspiró y besó la frente de la bebé en sus brazos– ¿Cómo será?

–Veneno...

–Gracias –la chica sonrió– Ya no estés triste, es algo que no se puede evitar.

–No me pidas que no esté triste, fui yo quién tuvo que firmar tu sentencia de muerte, seré yo el que te vea morir.

–La muerte nos llega a todos...

–Lo sé, pero no... no así, no fue tu culpa lo que pasó.

–Claro que fue mi culpa, no me di cuenta de lo que pasaba y por ello murió el príncipe, debo pagar con mi vida.

–Pero...

-No quiero morir, eso no lo voy a negar –suspiró– Quisiera seguir experimentando y aprendiendo, quisiera seguir siendo boticaria, quisiera... seguir a tu lado, y sobre todo... quisiera verla crecer –miró a la pequeña y acarició su mejilla– hubiera querido que ella tenga una mamá, pero sé que tendrá a un buen papá –sonrió – Sé que serás un padre increíble y que ella crecerá feliz a tu lado.

–Huyamos.

–Nos atraparían... sabes que estamos rodeados de guardias, además, ¿a dónde iríamos? –hizo una mueca– puede que ya no seas el príncipe heredero, pero tienes un status y ella también lo tendrá –negó– no quisiera que ella viva en peligro de ser vendida o llevada a un callejón.

–Mao Mao...

–Háblale de mí y no dejes que su curiosidad la haga excederse– tomó la manito de la bebé entre la suya –haz que sea una persona de bien, fuerte y muy feliz... ámala por los dos.

–Lo haré, te lo juro -se acercó con cuidado y la abrazó sin aplastar a la niña entre ellos– Te amo.

–Y yo a ti... –susurró la chica.

–Mañana será el día, pero por hoy quedemos así los tres –se acomodó a su costado para que ambos estén juntos con la bebé en medio– Que sea nuestro día en familia.

–Sí...

Así quedó la pequeña familia, abrazados hasta que llegó el otro día, en el que Jinshi tuvo que presenciar la muerte de la mujer que amaba.

–Delicioso... gracias... –fueron las últimas palabras de la boticaria, las cuales quedaron en el aire cuando la joven cayó al suelo y dio su último suspiro, mientras miraba a Jinshi con un gesto de placer y felicidad.