un embarazo planificado, max había quedado en cinta, su esposo sergio se encargó de dejarlo bien preñado para finales de mes.
las primeras semanas fueron muy tranquilas, ambos estaban emocionados por su primer bebé, su casa aún estaba un poco vacía pero aún así la emoción no los abandonaba.
con el paso del tiempo llegaron los antojos y max despertaba a su esposo a media noche pidiendo alguna comida deliciosa, sergio tuvo que prepararle churros a las once de la noche, no era algo que un chef de élite no pudiera hacer después de todo él prometió frente al altar hacer de todo para mantener feliz a su esposo.
su hogar no era tan grande, no al nivel de una mansión o algo así, era un buen tamaño y ya, tenían su habitación, la de su próximo bebé y dos más para los invitados. sergio era un famoso chef en todo monaco así que el dinero no era algo de lo que se preocupasen, sus restaurantes estaban repartidos en varias partes del país con su cede en la capital justo donde el trabajaba. max no debía trabajar, gracias a su esposo tenía todas sus comodidades, pero aún así a veces optaba por hacer un poco de trabajo desde su casa.
con su embarazo empezaron a buscar cosas para su bebé, cuando la obstetra confirmó el género del bebé estos dos empezaron con los preparativos para decorar la habitación de su hijo.
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ambos iban tomados de la mano, era un sábado por la tarde y caminaban en un centro comercial, hace unos días había llegado la cuna de su pequeño así que ahora buscaban cosas para poner en su habitación. max iba comiendo un helado de yogurt con fresas, sergio sonreía viendo a su esposo degustar de su postre.
─ ¿a dónde quieres ir amor?
max voltea a una tienda, en las ventanas se podían apreciar juguetes para bebés.
─ vamos a comprar juguetes para mi pequeño príncipe. ─ dice, pasó su mano entrelazada junto a la de su novio sobre su estómago, este se encontraba abultado por su bebé.
los dos cruzaron por la puerta del establecimiento siendo recibidos por una amable chica, ella sonrió al ver el embarazo del otro y empezó a preguntar qué buscaban.
─ tenemos bastantes juguetes para los recién nacidos, si gustan puedo mostrarles algunos de los juguetes sensoriales, estos ayudan al bebé a familiarizarse con pequeños sonidos.
─ hmm, primero me gustaría ver los peluches ¿tú qué dices amor? ─ pregunta él menor, sergio alzó los hombros ante su pregunta.
─ si eso quieres, podemos ver primero los peluches.
la empleada asintió y los guío al pasillo donde se encontraban los peluches instalados, habían una gran variedad de animales y muñecas de trapo, algunos traían sonido al apretar su estómago y otros incluso traían luces.
