El Amanecer de los Clanes

12 0 0
                                    

Hace muchas lunas, una comunidad de gatos se instaló en un denso bosque cerca del borde de un páramo. Algunos eran mininos caseros intrigados por la idea de explorar más allá del patio trasero de sus dueños; otros habían nacido y crecido en la naturaleza, por gatos que sabían cómo atrapar a sus propias presas y encontrar refugio en las frías noches de la estación sin hojas. El bosque, con el río que fluía rápido y profundo al borde de los árboles, resultó ser un buen territorio para los gatos. Había suficiente refugio para cada gato, suficientes presas para alimentarlos a todos, y la libertad de cazar entre los árboles, en el páramo abierto y a lo largo del río lleno de peces.

Los gatos comenzaron a asentarse según sus preferencias de caza y presas. Aquellos cuya preferencia era el pescado, se mantenían principalmente en las orillas del río, construyendo sus guaridas entre los juncos y las retorcidas raíces de los sauces; aquellos que saltaban sobre los ratones permanecían bajo los árboles más densos, perfeccionando sus saltos entre la enmarañada maleza; los cazadores de conejos, más rápidos y flacos que los otros gatos, se mantuvieron en el páramo abierto; los cazadores de ardillas se asentaron en los bosques más ralos, donde aprendieron a trepar a los árboles y cazar entre las ramas; y los gatos que tenían gusto por las serpientes y lagartos y tenían la astucia para cazarlos en terrenos pantanosos, se instalaron entre los quebradizos tallos de hierba y los cascabeles árboles de oine en el extremo más alejado del territorio.

Al principio no había fronteras, y dentro de cada coto de caza los gatos vivían por separado, y sólo se encontraban cuando iban en busca de la misma presa. De vez en cuando, los gatos se enfrentaban por una pieza de carne fresca o por un buen lugar para una madriguera, pero las batallas entre un gran número de gatos eran inauditas.

Luego llegó un momento en el que las presas escaseaban y habían demasiadas bocas que alimentar y cuerpos que refugiar en cada territorio. Estallaron batallas, solo unos pocos gatos al principio, pero cada vez más hasta que los terrenos de caza se tomaron en otros terrenos de caza, luchando por sobrevivir, no solo por ellos mismos, sino por los gatos que vivían a sus lados.

Después de una terrible batalla, cuando el suelo debajo de los cuatro grandes robles se manchó de un rojo de sangre, los espíritus de los gatos fallecidos regresaron para suplicar la paz a los gatos más fuertes de cada territorio: Viento, Río, Trueno, Sombra y Cielo.
Los cinco prometieron a sus compañeros caídos que encontrarían una manera de poner fin a las peleas, vivir en sus territorios separados en comunidades que preservarían cada lugar para las generaciones futuras de gatos.

______________________

¡Y aquí la primera parte terminada! ¿Qué opinan:3?

El Código de los Clanes (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora