Jungkook es el ex de tu mejor amiga pero...🔞

FINAL.

Después de que acabara la boda partimos en seguida a nuestra luna de miel, suena ridiculo, pero todo estaría hermoso.

Nos fuimos en auto hasta llegar al aeropuerto, alguien nos había llevado

Incluso había reservado un jodido avión solo para nosotros.

Hace varias horas que habíamos despegado

—¿falta mucho para llegar?

—como dos horas bonita, ¿cansada?

—algo—sonreí

—vamos a la cama

—¿hay una cama aquí?

—es un cuarto pequeño, tengo todo reparado—sonrió

Eres increíble Jeon Jungkook.

Nos acostamos en la cama, debía admitir que estaba bastante cómoda, al dirigir mi mirada a Jungkook no pude evitar morder mi labio al ver como se sacaba la camisa.

Amaba su cuerpo.

Su abdomen tan marcado.

Sus tatuajes.

—¿que sucede?

—yo...

Joder, no debería estar con tantas ganas de follar estando embarazada.

—te gusta lo que vez, ¿no es así?—sonrió

—te necesito dentro—admití

Una sonrisa se dibujó en su rostro ante lo que dije, sabía que el también lo deseaba tanto como yo, desde hace varios días.

—no puedo follarte como quisiera bonita—sonrió—pero ahora solo cumpliré el deseo de mi esposa por pene de su esposo.

—que boca sucia..

—te gusta, y más cuando te estoy comiendo la...

—¡Jeon!

Soltó una pequeña carcajada.

Se acercó a mi lentamente, se acostó sobre mi sin lastimarme o al bebé y comenzó a besarme.

No pude aguantar mucho, aumente la intensidad y lo tome del cuello para acercarlo más a mi.

Solté un pequeño gemido al sentir sus manos acariciar mi cuerpo.

Terminó por quitarme el pantalón que llevaba, dejándole solo en bragas.

—joder...estás tan mojada

Separo mis piernas, comenzó dejando besos desde mis muslos hasta mi zona.

Me miro por última vez antes de pasar su lengua por toda mi zona completamente mojada, seguía haciéndolo tan bien.

—¡si, Jungkook!

—¿tan rápido vas a correrte?

—no...

—¿no?—sonrío

Sentí dos de sus dedos deslizarse lentamente, ¡joder!

—¡joder,hazlo ya!

Sin demorar más bajo su pantalón junto con sus bóxers, entró en mi lento para evitar lastimarme, y aunque quería que me follara duro hasta quedar temblando, no era posible.

Sus embestidas eran lentas pero profundas.

—no lo hagas tan lento...

—¿porque no?

—es...¡joder!, por favor

—y si hago esto...

Llevo sus dedos a mi clitoris y comenzó a moverlos rápido, joder.