En Un Lugar De Mis Recuerdos | KOOKGI

1 | Extraños en la noche

[Recomiendo leer después de escuchar la canción]

☆

—¿Strangers in the night? Buena elección. Es una canción muy hermosa, YoonGi, ya verás. —Tomó el disco y lo colocó sobre el rotor del combinado. La pieza comenzó a sonar pocos segundos después dejando fluir una tierna melodía. —El cantante se llama Kim William. Él era muy famoso en la época de tu abuela y...

—Tommy...

—¿Qué?

—Es Tommy, mamá. —YoonGi señaló con su dedo índice a la parte inferior del vinilo, justo donde se encontraba el nombre escrito de Thomas Abbot.

—Oh, cierto, Thomas Abbot. Era quién tocaba todos los instrumentos y escribía las canciones. Era y es un verdadero genio, no tengo duda, aunque ya esté retirado. ¿Y sabías que son coreanos, como tú y como yo? Llevaron el nombre de Corea muy, muy lejos, cariño.

Sus grandes ojos marrones se quedaron mirando la portada del vinilo con interés, acompañada de una pequeña sonrisa llena de picardía: —Me acuerdo de él.

—¿Cómo dices?

—Cuando yo era más alto, era mi amigo. —Soltó una tímida risa y miró al techo, como si estuviera recordando algo muy preciado. —Pero, él era más alto que yo.

—¿Era tu amigo? ¿Thomas era tu amigo?

—Sí, y le gustaba que solo yo le llamase Tommy. A veces, me gustaría poder acordarme de su cara.

Para ese momento, los pensamientos de Min Ji Ahn fluían en un mar de confusión. Miles de preguntas comenzaban a chocar entre sí mientras trataba de convencerse de que, quizá, su hijo solo estaba jugando.

—Me gustó mucho esta canción, mamá, ¿podemos escuchar más?

—No, mi amor, lo siento. Mañana tienes colegio y ya se está haciendo tarde.

Una vez hubo dejado a Yoongi en su cama, se encaminó a su habitación y cuando por fin, luego de muchas vueltas, el sueño la acogió entre sus brazos, no habían pasado ni quince minutos cuando la despertó un zarandeo. Al abrir los ojos, vio a su hijo con lágrimas cayendo por cada centímetro de su rostro, anhelando estar a su lado.

—¿Qué pasa, cielo? ¿Por qué lloras?

—Tuve un sueño muy feo. Me dolía mucho aquí. —dijo, tocando la parte izquierda de su pecho donde se encontraba su corazón.

—Ya, bebé, tranquilo. Ya estás con mamá. —Lo abrazó con fuerza y calidez, para luego acostarlo a su lado y comenzar a acariciar sus cabellos color azabache. —Duerme y no pienses más en eso.

—Es que no lo entiendo, mamá, no entiendo por qué Tommy se fue.

—¿Tommy de nuevo?

—¿Por qué no me vino a buscar? Nos queríamos. Yo le quería, y creo que él también lo hacía.

—Ha sido solo una pesadilla, no te preocupes.

Incluso cuando volvió a cerrar sus ojos y sentía que el sueño por fin la estaba abrazando, la melodía de aquella canción seguía dando vueltas en su mente.

Desde aquella noche, hemos estado juntos. Amantes a primera vista, enamorados para siempre.

Salió tan bien.

Para ser solo unos extraños en la noche.