🥀 Capitulo 9 🥀

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Idioma hablado: Italiano

Ciudad de Italia: Turin

Emily Evans

Alessandro se acerca para apoyarse en el yate.

–Ya puedes bajar.

Yo me senté a la orilla solo sumergiendo los pies.

Alessandro se posicióno al frente mio y extendió sus brazos para cargarme.

Nerviosa porque estaba segura que nuca iba a estar tan cerca de Alessandro me lance a sus brazos y el me atrapó.

Lo rodee con los brazos el cuello sintiendo su respiración muy cerca de mi.

Agarro mis piernas y la coloco al rededor de su cintura.

Nos quedamos mirando a los ojos muy intensamente hasta que el hablo.

–¿Cómoda?–Pregunto con una voz profunda y ronca.

Yo asentí y trate con todas mis fuerzas no sonrojarme.

De repente nos sumergió bajo el agua. Me sentí tan relajada en el momento en el que el agua me cubrió toda.

Luego de eso pasamos un buen rato dentro del agua hablando y divirtiéndonos yo siempre agarrada de el.

En esos momentos se me olvidaron los problemas que tenia en mi cabeza  y solo confie en el porque lo quería y me hacía feliz.

–Tengo otra regalo–dijo Alessandro. Estábamos sentados otra vez en la punta del yate ya casi secos luego de a ver salido del agua.

–¿Y que es?–Pregunte curiosa y emocionada

Alessandro se levantó y me tendió la mano para que la tomara y así hice.

La tome. En eso el yate volvió a moverse y como estaba levantándome casi caigo pero Alessandro paso uno de sus brazos al rededor de mi cintura. Quedando ahora muy cerca el uno del otro.

–¿Y-ya nos marchamos?–Pregunte.

–Aún no, nos dirigimos a otro sitio.

–Gracias.

–Aria lo que fuera por ti.

Le sonreí

En el transcurso del viaje nos abiamos sentado en uno catres y Leonardo y yo comíamos fresas con chocolate aunque estaba segura que avía comido más yo que el.

En eso me incorpore de golpe al ver que nos dirigimos a una isla.

–¿Te gusta?

–¿Ahí nos dirigimos?

–Si, quería que conocieras esta Isla. Es mía la conseguí a cambio de algunas armas, aunque al principio no me gustaba la idea imaginé que a ti te gustaría.

–¿Enserió? Siempre he querido visitar una isla.

El yate para y bajamos a la Isla. No es la gran Isla pero es del tamaño perfecto no se encuentra nadie.

–Que bueno que te guste–habla Alessandro poniéndose frente a mi–Es tuya–Confiesa acto que me hace abrir más los ojos por la sorpresa.

–¿Como que mía?

–Es tuya Emily. Esta Isla está a tu nombre.

–No puede ser ¡Gracias!–digo abrazándolo de la emoción el me devuelve el abrazo.

–No agradezcas Principessa, te lo mereces.

El atardecer se veía hermoso no este día avía sido hermoso.

Amor peligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora