Es increíble como todo ha cambiado ahora. Aún tengo impregnado tu aroma en mi piel. Debo darme prisa y terminar de recoger todas mis cosas, probablemente ya estés de regreso a casa.
"El sendero que camino, debo recorrerlo sola." "Debo dejar los pasos de bebe, ya estoy bastante crecida." "Después de todo los cuentos de hadas no siempre tienen finales felices, ¿cierto?" Me repito a mí misma, a cada momento, todo eso que me dijo la gente. Mi camino oscurecerá si me quedo aquí.
Mientras voy cerrando la caja restante, recuerdos de nuestra última conversación vienen a mi mente. -Espero que sepas que esto no tiene nada que ver contigo.- Te dije mientras estabas sentado de espaldas hacia mí. Recuerdo lo confundido que estabas, aun yo lo estaba un poco. -Esto es personal... tengo algunas cosas que aclarar conmigo misma.-
Como pequeños compañeros en el patio del colegio, jugaremos cartas UNO. Seré tu mejor amiga y tú serás mi cita de San Valentín, así como aquella vez, cuando éramos pequeños. ¿Cuándo crecimos tanto para convertirnos en las personas que somos hoy en día? Todo parece haber comenzado ayer. Con tan solo aquella mirada y aquel roce mientras jugábamos en el colegio. Siempre supe que serias especial en mi vida.
Puedes tomar mis manos si quieres, porque quiero tomar las tuyas también. Al final seremos compañeros y compartiremos nuestros mundos secretos. Pero ahora es tiempo de que vuelva a casa, mi verdadero hogar. Se hace tarde y está oscureciendo; necesito estar conmigo misma centrada, con claridad, paz y serenidad.
De verdad, te voy a extrañar, así como un niño extraña a su manta, pero tengo que seguir con mi vida. Tengo que secar ya mis lágrimas, porque "es tiempo de ser una chica grande ahora y las chicas grandes no lloran."
