Capítulo 1

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¿Y si se han perdido?

Observo fijamente la cinta mecánica por la cual pasan las maletas del resto de personas presentes en el lugar, las maletas de todos ellos excepto las mías.

Por mucho que me repito una y otra vez que debo de mantener la calma, que tarde o temprano terminarán por aparecer, no puedo contener la sensación de pavor que empieza a incrementar por mi pecho.

¿Qué se supone que voy a hacer sin mis cosas en un país extranjero donde solo cuento con mi propia compañía? Mi mente empieza a maquinar todas las situaciones en las que podría verme envuelta a causa de la carencia de mi equipaje e decido ir un paso por delante e intentar buscar soluciones para dichas situaciones catastróficas solo por si acaso.

Pero todo eso es descartado en cuanto veo cómo pasan justo frente a mi una enorme maleta verde menta junto a otra mediana con diseño de cebra, me apresuro a correr hacia ellas y consigo tomarlas antes de que puedan llegar a desaparecer de nuevo.

¡¡ Ay, madre mía si que son pesadas, por lo menos me doblan el peso de seguro!! Quise ser prudente ya que al ser mi primer viaje en solitario no sabía que cosas me podrían llegar a hacer falta y terminé por tomar todo lo que pude, ya saben como dice el dicho más vale prevenir que lamentar.

Tras conseguir un carro sobre las que cargar mis maletas, me encamino a buscar la salida. Al cabo de un rato, andando por aquí y por allá al fin logro llegar a la salida, donde las puertas automáticas se abren permitiendo mi acceso a las afueras del aeropuerto y decido tomar un momento para contemplar todo lo que acontece a mi alrededor.

Hay desde personas reuniéndose con sus seres queridos y fundiéndose en abrazos efusivos entre lágrimas hasta alguna que otra persona sentada en los banquillos fumando un cigarrillo dejando un halo de humo a su alrededor y algunas otras se apuran a buscar taxis que estén desocupados, cosa que debería de estar haciendo yo tambén por supuesto eso hasta que la diviso a ella.

A unos cuantos metros de mi hay una mujer, aparenta ser unos cuantos años mayor que yo, su cabello castaño está recogido en un cola de caballo alta sin dar lugar a que ni una sola hebra esté fuera de su lugar, viste de un traje negro impecable y la expresión de pocos amigos que tiene en su rostro intimida a todas las personas de su alrededor incluyéndome a mi en el primer puesto.

Y ustedes me preguntaran que cual problema hay con ella y la verdad es que ninguno, ninguno excepto ese cartelito al que se aferran sus manos. Un cartelito en el que está escrito en letras claras y mayúsculas "Alaia Soler".

- Bist du? Die Dame, auf die ich warte? (¿Es usted? ¿La señorita a la que espero?) -habla lanzándome una mirada suspicaz al percatarse de cómo la he estado examinando-.

A mi no me miren que me quedé igual que ustedes o peor, no entendí nada de lo que dijo al principio y tampoco al final. Creo que todavía estoy a tiempo de admitirles que no sé comunicarme en ninguno de los idiomas que son frecuentes de hablar aquí en Suiza, pensé que con mi inglés bastaría y ahora le ruego a quien sea que haya arriba de nosotros que porque así sea.

- Dame? Bist du Alaia Soler oder nicht? (¿Señorita? ¿Eres Alaia Soler o no?) -ella sigue insistiendo como si por arte de magia fuese a comprenderle lo cual dudo bastante-.

- Lo lamento, pero no le entiendo -me atrevo a hacerle saber en inglés-.

- Oh, discúlpeme, fue mi fallo se me olvidó por completo ese dato -el alivio de que mis plegarias sobre no tener problemas al comunicarme hayan sido escuchadas no dura mucho cuando noto lo extraño de sus palabras- ¿entonces si es Alaia Soler?

- Sí, y ¿usted quién es?

- Me presento, soy Larissa, un gusto conocerla señorita Soler. Su padre, el señor Soler, me envió a recogerla del aeropuerto y a llevarla al apartamento en el que se alojara durante su estancia -ella suelta esa información dejándome de piedra a la vez que abre el maletero de un coche negro que se ve costoso y estuvo detrás suya todo este tiempo y comienza a guardar mis pertenencias dentro de el- Bienvenida a Suiza señorita Soler espero que nuestro país cumpla con sus expectativas y pueda disfrutar de él, estaré a su disposición durante todo este período.

Honestamente, lo dudo querida Larissa, dudo disfrutar de tu país contigo presente, con una espía de mi padre presente para poder controlarme.

Quiero decir después de todo de quien se trata es de mi padre, era más que obvio que enviaría a alguien para que me tuviera vigilada

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Quiero decir después de todo de quien se trata es de mi padre, era más que obvio que enviaría a alguien para que me tuviera vigilada. No me malinterpretéis, amo con todas mis fuerzas a mi padre pero a veces me deja exhausta lo sobreprotector que puede llegar a ser, tanto él como Alexander y de vez en cuando no estaría mal que fueran más blandos así como mi mamá o como Alan que a diferencia de ellos no se opusieron a este viaje sino que me entendieron e apoyaron desde el primer momento.

Sé de antemano que solo se preocupan por mí pero si decidí hacer este viaje fue para desconectar de todo y poder disfrutar más de la libertad que me iban a brindar estas vacaciones, no para tener a una mujer que tenga entre ojos cada uno de mis movimientos para más tarde ir a reportarle de ellos a mi padre.

Mientras Larissa conduce en dirección a nuestro paradero recargo mi cabeza en la ventana del coche y veo  distraídamente el paisaje pasar hasta que un tono de llamada que proviene de mi móvil acapara toda mi atención y sé sin si quiera mirar que se trata de mi mejor amiga, Inés, gracias al tono diferente al resto de contactos con el que le tengo agregada.

- Hola hola, ¿qué tal llegó mi chica hermosa a Suiza?

- ¿Prefieres la verdad o la mentira? Si lo que escoges es la verdad llegue mal, fatal, horrible.

- ¿¿Qué ocurrió bonita?? ¿Contra quién tengo que luchar?

- Contra mi padre.

- ...

- ¿Sigues ahí?

- Como que a mi parecer la paz siempre fue una buena opción ¿no crees?

A pesar de intentar reprimirla soy incapaz y dejo escapar una carcajada ganándome así una mirada a través del retrovisor por parte de Larissa

La verdad es que no puedo culpar a Inés ya que conozco muy bien cómo de aterrador e imponente luce la imagen de mi padre para las personas próximas a él aunque lo que nadie se espera es que debajo de todas esas capas de "frialdad" es todo lo contrario, creo que si incluso algún día se me ocurriera compartir con alguien sobre lo sensible que es mi padre en realidad es no se me creería y probablemente también se me tacharía de loca.

- Pero aún así cuéntale a tu persona favorita lo que hizo tu papi esta vez.

- Pues nada, solo lo inevitable, solamente mandó a una mujer extraña que me tendrá vigilada las veinticuatro horas del día durante todas mis vacaciones para tenerlo informado de todo. Por lo tanto, chao chao libertad.

- No me sorprende y es que yo ya sabía que pasaría esto es más tú también lo sabías solo que te negabas a verlo.

- Supongo que tienes razón.

- Oh, pero venga cariño no te desanimes que esto no signifique un impedimento para que logres disfrutar de tus vacaciones al máximo.

Una idea cruzó a una velocidad sobrenatural por mi mente encendiendo todas las bombillas sobre mi cabeza, un plan de escape para estar fuera de la vista de Larissa comenzó a surgir en mi cabeza y una sonrisa fue extendiéndose por todo mi rostro.

- ¿Sabes qué? Tienes razón nadie ni nada va a poder quitarle la diversión a este loco viaje. Te llamo luego, Inés.

- Esa es mi chica, te amo Alaia.

- Yo más, adiosito y cuídate -me despido de Inés y me centro en reflexionar sobre las ventajas e inconvenientes de todas las opciones que tengo para llevar a cabo mi plan-.

No voy a permitir que este viaje sea en vano, mi padre está muy equivocado si cree que me voy a sentar a quedarme de brazos cruzados y no hacer nada al respecto y si bien para eso tengo que tener un enfrentamiento con él pues en ese caso lo tendré.

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⏰ Última actualización: Dec 16, 2023 ⏰

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