Me levanté de mala gana. La noche anterior había tomado un poco. Mire a mi alrededor y vi todas las latas de cerveza en el suelo y también que Madison, mi compañera de cuarto y una de mis mejores amigas, no estaba. Rapidamente me preparé para ir a clases, cuando ya estaba por salir del lugar, con la mochila acuestas y los auriculares en el cuello, mi teléfono sonó.
Lo mire molesta y mi desprecio cambio al instante. Era mi hermano mayor, Mike, quien no veía desde hace mucho porque se fue de el país hace unos años, por una pelea con nuestro padre.
Conteste la llamada con mucha emoción y me lleve el teléfono a la oreja.
—Hola, enana —me saludo, con esa voz que hace tiempo no tenía el placer de escuchar
—Hola, poste de luz —salude con burla, con la melancolía en la voz
—Te tengo una gran sorpresa —anuncio
—Si no es que volverás, no quiero enterarme
—Viene en el paquete, sere tu profe de Astronomia, ahora ven al salon —fue lo último que dijo antes de colgar
Mire el teléfono confundída. Desde que me dio su nuevo número por mensaje no me había llamado, cosa que fue como un año después de irse, y ahora que se digno a llamarme intercambiamos algunas palabras y me cuelga.
Salí corriendo de la habitación y fui a el salón de astronomía. Una vez estuve frente a las puertas para un momento, respiré fuerte y entre. Grande fue mi sorpresa al ver que frente a la pisarra estaba ni hermano mirándome con una sonrrisa.
Los ojos se me cristalizaron y me lleve las manos a la boca, tapándomela. Corri hasta el y me tire a sus brazos donde fui aceptada y apretujada. Las lágrimas se me escaparon al sentir el calor de su cuerpo contra el mío después de tanto tiempo esperando.
—Te estrañe mucho —dije entre sollozo—. ¿Porque nunca me escribiste o me llamaste?
—Estuve ocupado —dijo solamente, tan cortante que dolió
Me separé un poco de el para verlo a los ojos. Frunci el seño y me separé completamente. ¿En serio?
—¿En 4 años no tuviste tiempo para contestar una simple llamada? —pregunte molesta
—Enana yo... —intento acercarse a mi y tomar mis manos, pero no se lo permite haciendome para atrás— .No pude...
No lo deje seguir. Sali corriendo del lugar, puede que parezca infantil, pero dolía... Dolía que volviera como si nada después de ignorame durante 4 años. Deambule por los pasillos con la vista nublada por las lágrimas, pare frente a las puertas de Biblioteca, el lugar que más visitaba aqui, su olor a libros viejos me tranquilizaba de forma inmediata, como una anestesia. Me limpie las lagrimas con el dorso de la manga de mi sudadera y entre.
Me senté en una de las mesas pegadas a las grandes ventanas de la biblioteca. Mire hacia la bibliotecaria quien me miraba confundida pues, no solía perderme clases pero, ¿para que iría a la clase de arte si ya me había perdido la mitad? Sería para avergonzarme cuando me llamen la atención.
Tomé de uno de los bolsillos de mi mochila mi teléfono y puse una canción de Taylor Swift en volumen bajo, para ser más exacta fue Sad Beautiful Tragic. Me saque la sudadera y la aventé dentro de la mochila sin doblarla.Ya me estaba matando el calor.
Cerre los ojos y apoye mi cabeza en la mesa. Tenia ganas de seguir lloramos pero no iba a seguir, si pude aguantar la falta de mi padre y las peleas con mi madre toda mi niñez esto no era nada.
Mi móvil comenzó a sonar, lo tome sin mirar y conteste. No vi quien era, en estos momentos me importaba muy poco.
—Mande —dije intentando que mi voz no sonara apagada apagada

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Perfecta Coincidencia[En Edición]
Teen FictionLibro #1 de la trilogía Perfecto. Alice Cooper es tímida, pero extrañamente popular. Siempre lleva un libro bajo el brazo, vive detrás de su cámara y sueña con escribir historias que enamoren. Drean Hodland, en cambio, es el chico invisible del saló...