Color de rosa

10 2 0
                                    

La llamada de una mujer entró a la estación de bomberos, quien iba hacia el aeropuerto. Carros, sangre, armas y decenas de fallecidos... claramente fue un enfrentamiento. Bomberos y forenses arribaron a la escena y recabaron evidencias, entre ellas una nota. Nadie pudo creer lo que sucedió esa noche. Claro está que entre el amor y el odio hay una barrera muy delgada.

De 18 años, Sebastián Lorenzo Bianchi era un hombre fuerte como un tronco, alto como un rascacielos y bronceado. Todas las mujeres querían estar con él. Era líder de una mafia desde los 14 años. Drogas, sexo y alcohol era lo que siempre se vivía en su organización. Le gustaba el negocio sucio y dejar en quiebra a las personas. Su padre se lo heredó tras ser asesinado en una fiesta donde bombas humanas llegaron infiltrados al lugar, rodearon la mesa donde él estaba y acabaron con la vida de muchos a sangre fría.

-¿Quién mató a mi padre?- era una pregunta que resonaba en la cabeza de Sebastián día y noche sin parar. Leonardo Bianchi, padre de Sebastián, era una persona muy pudiente en el país. Tenía negocios en el gobierno y con los militares.

La vida de Sebastián no fue fácil. Su madre, Anette Laforte, era una prostituta de clase. Solo atendía clientes que pagaran el precio de su rostro y figura tallada por ángeles. Leonardo se había enamorado de ella, iba a buscarla todas las noches y lo hacían como bestias en su mansión. Le propuso matrimonio e iban a casarse y mudarse después de dar a luz. Había un pequeño detalle que Leonardo desconocía: Anette tenía un hijo de 2 años, producto de uno de sus clientes. Él no lo aceptó, y discutían siempre por eso, pero ella no iba a renunciar a su hijo. Una semana después de haber dado a luz, Anette y Leonardo discutieron toda la noche. Anette tomó un cuchillo y trató de apuñalar a Leonardo. Entonces él tomó su pistola y le disparó en ambos ojos.

Sebastián tenía un gran corazón para amar. Su pareja, Antonio Villavicencio, de 20 años, tenía tez color nieve, pecas como chispitas de chocolate, el cabello radiante como el sol y su delgadez era impresionante. Sebastián siempre lo abrazaba con mucha delicadeza. Se conocieron en un casino porque les apasionaba apostar; desde ese instante conectaron sus corazones. Más que su pareja, era su socio, ya que Antonio también es líder de una mafia.

-"Moreno, alto, guapo. Quiero ser la leche que combine perfectamente con el café de tu piel; un café con leche que no se puede encontrar en ninguna parte del mundo"- era el pensamiento que siempre mantenía Antonio.

Eran una pareja feliz y estable. El amor, la comprensión, el respeto y la confianza prevalecían sin duda. Llevaban 3 años de relación y ya vivían juntos, como marido y mujer. Antonio conoció a Sebastián corto tiempo después de la muerte de su padre y ha sido su apoyo incondicional para superar este episodio trágico en su vida. 

Café con lecheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora