Velitas

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En mi oscuridad, encendiste una vela,
luz eterna que en mi corazón todavía resplandece.
Sanaste heridas, encendiste otra vela,
me diste sonrisas, una tras otra centelleante.

Pero tú fuiste la luz más bella y brillante,
una aurora que iluminó mi mundo de instante en instante.
Sin embargo, las llamas se consumieron, una por una y volvió la penumbra.
Dos velas permanecieron, no se consumieron, ni lo harán en ningún momento.

Era la llama del amor transformándose en dolor,
y la llama eterna en un recuerdo, de aquellas hermosas velas.
Se quedaron esas dos velitas en la memoria, encendidas, pero lejanas.

Detrás de un sueño que no se cumplió Donde viven las historias. Descúbrelo ahora