Capitulo 1

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Primer día de trabajo, no podía pensarlo claramente, los nervios me consumían, no era en lo que había estudiado y mucho menos tenía experiencia pero como decía mi madre "la necesidad tiene cara de perro" y bueno yo tenia una necesidad, ayudarla a ella, solo eramos las dos, mi papá se había ido, mis hermanos ya tenían sus vidas, ella solo me tenía a mí y era mi plan que así fuera de ahora en adelante. Me demoraba 2 horas en llegar al trabajo, tenía que cambiar de transporte 3 veces, trataba de disfrutarlo, (tampoco tenía opción) iba leyendo, tenía en mi mano de los mejores libros y aparte me regalaba la impresión que no era tanto el trayecto, aunque no podía concentrarme de manera adecuada, el pensamiento de que tendría que llegar a trabajar, convivir con nuevas personas, cumplir metas y quien sabe que cosas no me tenia muy tranquila, aparte mi puesto era la "todera" si necesitaban alguien para atender publico, lo haría, si necesitaban alguien para traer un café, lo haría, si necesitaban una asistente, lo haría, no me molestaba, la verdad me gusta ser eficiente en mi trabajo; mire la hora en mi reloj de bolsillo, eran la una de la tarde y entraba a las dos a trabajar, ya iba muy cerca, me gustaba llegar temprano, bueno la verdad no, tenía un trauma (gracias a mi padre) y si no estaba media hora antes de la hora estipulada, sufría de ansiedad y me desesperaba, pero bueno, eso era un factor bueno a mi favor, nunca llegaba tarde o al menos no mucho.
Levante la mirada verificando que había llegado al portal, ya solo me falta coger otro bus para llegar, me baje, y camine buscando entre todos los letreros el que dijera "Jardines" finalmente lo encontré, me acomode para esperar mientras seguía con mi lectura, sentí una mirada curiosa sobre mi, levante la vista e inmediatamente la identifique, era una señora de unos 50 años aproximadamente, le regale una sonrisa a lo que ella mostró una mueca, yo me sonreí y seguí con mi lectura, ya estaba acostumbrada a esas situaciones, mi cabello estaba pintado de un degrade extraño que había conseguido mi hermana, una combinación entre azul, morado y rosado, mis guantes de maya, mi camisa con un "hell satana", mis botas llenas de taches, mi pantalón verde militar con un cinturón con calaveras y cadenas, como mis accesorios, mi maquillaje también, unas cejas bien marcadas, un delineado largo, pestañas postizas, labial color sangre, por obvias razones llamaba la atención, por suerte este trabajo no tenía código de vestimenta ni mucho menos, lo cual me hacía sentir lo más cómoda que pudiera; llego el otro bus, me subí y senté en una silla, continuando mi lectura, pendiente de las cosas que sucedían a mi alrededor, evidencie a la señora que me había estado mirando tomo asiento al lado mío, no le tome mucha atención, cuando escuche que susurraba algo, agudice el oído y me concentre discretamente en ella, indentifique un rosario en sus manos y entendí inmediatamente que estaba rezando, ya estaba preparada para esto, cerré el libro, puse las manos en disposición y empecé acompañarla en su rezo, pero al parecer no le gustaba el latín, porque solto un grito y empezó a gritarme cosas
Eres un engendro del mal -empezo a mostrarme el crucifijo de su rosario- te vas a quemar en el infierno, Dios te va a castigar.
Gracias señora -aproveche que el bus había parado y me levante para hacerle una reverencia- ya he estado allá y es maravilloso, aparte la estábamos esperando.
Y empecé acercarme a ella susurrando una canción, que no tenía sentido, pero supongo que pensó que la estaba hechizado o algo así porque se bajo inmediatamente del bus blasfemeando contra mi, yo me di la vuelta, volví a sentarme y seguí con mi lectura, inmediatamente los murmullos se empezaron a escuchar y yo solo sonreía, la gente era feliz teniendo espectáculo y no había nada que los callara o no los hiciera pedir más.
Ya habíamos llegado a mi parada, me baje y subí el puente, mire a mis alrededores, estaba casi a las afueras de la ciudad, había un pastal, con unas vacas pastando, y como una niña no pude evitar salir corriendo para verlas, había una que acababa de tener un ternero, me encantaban esos animales, me voltee para seguir caminando, con cada paso, me asustaba un poco, era un lugar muy grande, ya se veía desde la mitad del puente, me dispuse a entrar con la cabeza en alto, aunque no tenía ni idea por donde tenía que entrar, de pronto vi a una chica que había tenido el entrenamiento conmigo, me le acerque como si nada, yo sufría de todo, menos de vergüenza o timidez.
Hola.... -carajo, no me sabia su nombre, que estúpida-
Rachel -dijo regalándome una sonrisa- tu eres Lilith.
Perdona -le ofrecí mi mano para estrecharla- no lo recordaba.
No te preocupes, no es como si te lo hubiera dicho -ambas soltamos unas risas, ella me agradaba- supongo que no sabes a donde tenemos que ir.
Me leíste la mente, no tengo ni idea -definitivamente tenía que ser mi amiga-
Me sonrió y no dijo nada más, yo revise mi teléfono, tenia un mensaje de mi madre deseandome suerte, no pude evitar sonreir, amaba a mi madre mucho, era mi amiga, confidente, psicóloga, todo para mi la verdad. Respondí su mensaje "Gracias madre, te amo, esta lista cuando llegue, yo invito la cena" 

Mientras esperaba al lado de Rachel, oí el rugir de una moto, no era una de alto cilindraje, pero si sonaba poderoso, mis ojos la identificaron, era una moto azul,  la verdad me pareció muy linda, era un muchacho quien la conducía, no sabía como pero sentí su mirada sobre mi, aproveche para devolverle la mirada, llevaba un pantalón vinotinto, unos zapatos negros y una chaqueta del mismo color, por lo poco que podía ver, se veía fornido, siguió derecho hasta el lugar indicado para parquear, yo desvíe la mirada y me concentre en mi celular.
Hola baby -voltee a ver de donde prevenia el saludo-
Ah, hola lindo -era Criss, un muchacho alto, delgado, de manos huesudas y delicadas, rasgos finos que había conocido también en el entrenamiento- ¿Cómo vas? 
Bien baby, ansioso por entrar -se froto las manos e hizo un gesto, el era realmente agradable-
Como todos -encogí los hombros- supongo la verdad.
Hola Peter -saludo Criss a mis espaldas- Al fin te conocemos.
Yo voltee para bien a quien se saludaba, abrí mucho los ojos, era el muchacho de la moto, era moreno, cejas marcadas, ojos bastante apagados, una barba bien pronunciada, cabello liso y negro azabache, seria de mi misma estatura o unos centimetros más bajo, me corrí para no darle la espalda pero no salude, voltee a seguir viendo mi teléfono.
Hola Criss -se paso el casco de mano para poderse acomodar el cabello, me percate que tenia las uñas a medio pintar de color negro- Eso digo yo, por fin puedo verte.
El tono con el cual lo había dicho no pudo evitar hacerme sonreír, había sonado como si le coqueteara a Criss y a decir verdad no era la única a la cuál le había echo gracia, Rachel también había soltado una pequeña carcajada.

Hola muchachas -Peter saludo amablemente con la mano libre que tenia-
Hola Peter-contestamos ambas al mismo tiempo, pero solo fui yo quien prosiguió- Soy ...
Lilith Breakers -respondió el sin dejarme terminar a mi- Te reconozco del entrenamiento.
Oh, no tenía ni idea de eso -se me alcanzaron a encender un poco las mejillas-
Te ves linda cuando te sonrojas- lo dijo solamente mirándome, lo cual causó la sensación de que solo los dos hubiéramos estado en ese lugar- Lo dije en voz alta, agh!
Yo no aguante su comentario y solté las carcajadas, acompañadas de las de Rachel y Criss que disfrutaban tanto la situación como yo, la cara de Peter avergonzado con una sonrisa penosa.

Entre el caos y la pazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora