✿My Atlántida ✿ (Quackity bowl One-shop

una nueva vida 2

Segunda parte

"No me gustaba escuchar llorar a Fundy" y decir que Quackity estaba hipnotizado era quedarse corto, no podía creer lo rápido que la nueva incorporación a la familia había comenzado a cuidar a sus hermanos, había esperado que le tomara semanas.

"Bueno, lo más probable es que sea porque te preocupas por él, es normal que uno se sienta mal cuando ve llorar a las personas que amamos, porque significa que algo anda mal y no queremos nada más que ayudarlos, estoy seguro de que si alguna vez Tenía ganas de llorar, Fundy y los otros dos alborotadores estarían encima de ti tratando de animarte" y estaba completamente seguro, sus chicos no eran más que dulces y supo desde el momento en que se conocieron que iban a estar más cerca que cualquier cosa en el mundo

De repente, Purpled se golpeó el costado con la cabeza, repitiéndolo al menos varias veces, le tomó un momento al mayor darse cuenta de que lo más probable era que estuviera imitando la forma en que Tubbi golpeaba a todos para pedir consuelo, por lo que tentativamente lo rodeó con su brazo libre. La sorpresa lo llenó cuando el menor se apoyó en él.

"A mí tampoco me gustó oírte llorar, no deberías estar triste" su voz se sintió como un puñetazo en el estómago, sin embargo las palabras derritieron por completo su corazón, le dio al niño un cariñoso apretón.

"Gracias Purpled, te diré una cosa, intentaré no estar triste por ti, ¿vale?" Dándole una gran sonrisa, podría haberlo jurado, incluso en la oscuridad de la habitación pudo ver la más leve de las sonrisas en el rostro del niño.

Esa noche, ambos niños durmieron en la cama grande con él, Fundy una vez más babeando por toda su camisa. Y Purpled durmiendo como una momia toda la noche.

¿Quién le habría dicho que esta noche marcaba el final de sus tranquilas noches? Al menos un rato

Lamentablemente, la siguiente vez que alguien llamó a la puerta, haciendo que los niños saltaran de emoción, no era Eret el que estaba en la puerta, sino un Wilbur bastante desordenado, su uniforme estaba sucio de pólvora y hollín, su cabello estaba desordenado y Parecía que no había dormido en semanas, era la primera vez que lo veía desde el día que dejó a los niños con él, y no estaba seguro si estaba contento o aterrorizado.

Incluso los niños parecían desconfiar de él, todos escondidos detrás de Púrpura, quien sostenía la espada de Tommy con fuerza en su mano, como si supiera que esta morena era un placer

"Jesús Wilbur, ¿qué te ha pasado?", sin embargo, dejó entrar al hombre, refunfuñando en voz baja sobre el barro de sus botas.

"Por mucho que disfruto tu ingenio, ahora no tengo tono para ello", afirmó sin comprender, sin siquiera mirarlo.

"Necesito llevarme a los niños conmigo" y esas palabras fueron suficientes para que se le helara la sangre.

"¿¡Qué!? ¿Qué quieres decir con que tienes que llevártelos?" Wilbur ni siquiera lo dignificó con una respuesta, simplemente cerrando la brecha entre él y los niños e ignorando por completo a Púrpura.

"Vamos Fundy, vas a ser el pequeño campeón de papá, ¿verdad?" El niño se dejó recoger por quien sabía que debía confiar, sin embargo su carita denotaba su miedo, al padre ni siquiera le importaba.