RuHana | Solo un poco mas...

Parte Única

-Con permiso. –

Me dice un niño alegremente, me hago a un lado y veo a otros dos seguirlo, junto a un par de adultos que supongo son sus padres. La gente está muy entusiasmada, algunos en familia, otros en pareja o con amigos, pero el estadio está lleno. Me permito sonreír débilmente, este momento lo esperamos por años y ahora uno de nosotros está más cerca de lograrlo.

Bajo los escalones con calma, mi asiento es en las primeras filas, está en la zona donde los jugadores acomodan a sus familias, un ruido ensordecedor me hace levantar la vista y mirar a la cancha. Los jugadores comienzan a salir y algunos corren acercándose a las gradas para saludar a los fanáticos que han ido a verlos.

De pie entre las hileras de asientos, estiro mi brazo. Mi mano logra enfocar tu imagen, de pie, en medio de la cancha, con tu uniforme puesto, ese número "11" que te identifica me hacen sentir ganas de llorar.

No lo hare por supuesto, el genio Hanamichi no llora.

Debo ser fuerte, como me pediste que lo hiciera, solo unos meses más, ya estas muy cerca de tu meta. Casi tienes el trofeo entre tus dedos. Solo dos partidos más, solo tienes que lograr cuatro victorias de siete para ganar las Finales de la NBA y levantar el trofeo de campeón,

Hemos esperado años, unos días mas no es nada en comparación. Una vez que, bajo todos los escalones, camino tranquilo por la duela hasta encontrar mi asiento y acomodarme, estoy en primera fila. Con mi altura y color de cabello fácilmente podrás reconocerme.

Al menos las personas a mi alrededor lo hacen, se sorprenden, jadean, se entusiasman y me piden fotos, accedo, no puedo negarme y causar una mala impresión, prefiero acceder y que todo acabe de una vez. Al poco rato cuando presentan a los jugadores, aplaudo con fuerza cuando te presentan. La cámara me enfoca, siempre lo hace,

Te ves increíble.

Se que lo sabes, te encanta que te lo repita una y otra vez.

Cada semana los estadios se llenan de gente que viene a verte cada partido, entre ellos muchos adolescente y niños que afirman querer ser como tu algún día. Cuando corres por toda la cancha se puede ver tu cabello agitarse al son de tus pasos, tus músculos fuertes moverse al botar el balón y esa mirada asesina, tan fuerte e intimidante que tus rivales saben que vas a jugar con todo por la victoria.

Todos los que estamos aquí queremos verte recibir tu anillo de campeón, te lo mereces, más que nadie, es algo por lo que siempre soñaste, algo por lo que trabajaste duro y nunca lo admitiré en voz alta pero incluso más duro que yo, te privaste de demasiadas cosas que un humano normal vive para tener esta oportunidad, aunque esto es algo que solo yo se.

A los minutos, algunas personas empiezan a aplaudir y ovacionar, cuando miro en su dirección veo a los jugadores de ambos equipos salir, con sus uniformes, saludando al público. Tu no lo haces, estas concentrado, enfocado en el balón que te lanzan, y aunque es practica lo tomas, recorres la distancia dribleando, saltas y lo encestas en el aro del rival ganándote aplausos e insultos por igual.

Pero les restas importancia, no importa que sea la casa del rival, Kaede Rukawa de los Lakers de Los Ángeles es el favorito este año, sonrió y aplaudo al igual que la gente a mi alrededor, con tus ojos me buscas, tu mirada va de un lado a otro hasta que me encuentras, por un instante solo somos nosotros dos, los dos japoneses en que vienen de Kanagawa y han logrado llegar tan lejos en la NBA, esos adolescentes que se conocieron en el la preparatoria de Shohoku, esos dos niños que peleaban para demostrar quién es mejor.

Esos dos tontos ilusos que terminaron enamorándose.

Estiras tu brazo hacia mi dirección, y yo estiro el mío en un puño, fingimos chocar los puños al aire y sonreímos al mismo tiempo.