Si no estás, prefiero cerrar mi puerta, sumirme en la oscuridad, pues el vacío se cierne como tormenta, y mi alma naufraga en su propia tempestad.
Si no estás, prefiero yo tampoco estar, sumirme en la oscuridad en el vacío y tormeta de mis terrores nocturnos, dejaría mi alma naufragar en su propio desastre hasta que no pueda distinguirme en que era yo antes de ti.
Me siento extraña, tan perdida en mi interior que no que cuales son mis emociones porque me acostumbré tanto a tu sentir que ya no se que siento, tu guía, tu calor, mi laberinto de emociones jamás tendría un final, la oscuridad sería todo.
Sin ti, mi existencia se vuelve un eco, todo se desvanece cada que te vas, me siento tan pequeña, porfavor no te vayas de nuevo, te necesito.
Tu indiferencia jamás fue lo más bonito de ti, pero me acostumbré a vivir con ella, aprendí a navegar en tus peores pesadillas, que escondí las mías. Mi amor propio perdió la consistencia de mi persona, para que necesito mi amor propio si te tengo a ti.
Estoy llorando sola, donde las sombras empiezan a crecer, los latidos se incrementan y la ausencia de tus palabras crueles me empieza a embriagar, empiezo a soñar contigo, mi esencia empieza a disminuir, todo por ti.
Decido no estar, si tú no estás conmigo, porque sin tu presencia, mi ser se desvanece, anhelo ser el aire que respiras, daría todo por ser el amor que en ti florece, dejame ser tuya de nuevo, prometo portarme mejor.
En tu ausencia, me siento como un suspiro, un eco sin respuesta en la vastedad del viento, quiero ser tuyo, inhalado en tu respiro, que me quieras y no quieras, en el momento que tu quieras, hasta que decidas no quererme, pero realmente espero que me quieras siempre, si no, yo no voy a quererme.
Esto lo escribí yo, porque ya me acostumbré a vivir por ti que dejé de vivir para mi, pudrete.