Buscando la luz en mi corazón...

❋ ESPECIAL: EN TU UNIVERSO (NUEVA VERSION) - PARTE 2 ❋

-NARRA FREEZER-

Frost estaba encima mío desde que nos caímos al suelo, y no dejaba de acariciar mi cuerpo de una forma extraña, al mismo tiempo que sus mejillas se pusieron muy rojas y tenía una expresión tonta en la cara. Por un momento creí que se sentía atraído por mi, pero luego de pensarlo un poco me resultó algo absurdo porque ambos somos hombres, y a mi me gustan las mujeres, por lo que nunca sentiría nada por alguien cómo Frost, y llegué a la conclusión de que ese comportamiento tan raro en él era por culpa de la bebida.

-¡Quítate!- Grité después de apartarlo y me levanté- ¡¿Cómo te atreves a tocarme de esa manera?!- Le grité enfadado. Ha invadido mi espacio personal después de todo, lo cual no me gusta nada en lo absoluto.

-Lo siento...- Se disculpó, haciendo que yo grujiera ante aquella respuesta, le dije que los emperadores malvados como nosotros no piden disculpas a nadie por lo que hacen- Lo siento...- repitió y me entraron ganas de golpearlo. Vi que seguía bebiendo vino sin parar.

-¡Deja de beber vino y escúchame!- Le reclamé, pero no lograba llamar su atención de ninguna manera, prefiere ahogarse en su precioso vino. A mi me encanta, pero no es algo exagerado como él lo hace. Miré la botella y noté que no era vino, sino otra bebida- ¿Qué estás tomando?- Pregunté, pero no me respondió. La botella tenía una etiqueta con letras en un idioma desconocido para mi y contenía una sustancia de color extraño. Traté de quitársela, pero no quería soltarla- ¡Demonios Frost, déjame ver esa cosa!- Le pedí molesto.

-¡No lo toques! ¡Este vino es MÍO! ¡Busca el tuyo!- Exclamó abrazando la botella. Sus ojos se desenfocaron como si tuviera la mirada perdida, se tambaleó y soltó un hipido. Justo lo que me faltaba, está ebrio.

-¡Eso no es vino, maldito insecto!- Volví a gritarle furioso porque no dejaba de beber esa cosa y yo no sabía que era.

-Ahh...Mi padre dice que...hip...tenga cuidado con esta...hip...bebida por ser muy... hip...fuerte, pero a mi me...hip...encanta. Nunca había probado nada tan...hip...delicioso...- Me dijo entre hipidos y me llevé una mano a la sien- Por cierto, ¿Siempre fuiste una chica?- Me preguntó con cara de estúpido y lo miré atónito ¡¿Que?!

Quiso manosearme de nuevo como si fuera un pervertido, cree que soy una chica debido a esa bebida tan extraña y casi abusa de mi. Pero, por suerte, en ese momento apareció uno de sus soldados que lo estaba buscando por órdenes de su madre. Frost se enfureció tanto por la interrupción que arremetió hacia su soldado con un ataque mortal y salió corriendo de allí hacia alguna parte. Decidí mejor ignorarlo y regresar a mi universo por donde vine, no deseaba estar más tiempo en ese lugar y menos en compañía de un loco ebrio como él. Yo no suelo ponerme de esa manera cuando bebo alcohol, ¿o si?

Salí de la bodega de vinos y traté de encontrar el camino de regreso al lago mágico, pero este palacio parecía un laberinto, no conocía de nada de ese lugar y por eso se me hacía demasiado difícil ubicarme.

-¡Maldita sea! ¡¿Dónde está Frost cuando lo necesito?!- Pensé furioso e impaciente por no ver señales de él por ninguna parte.

-¿Quién eres tú?- Preguntó una voz femenina a mis espaldas, confundida de verme allí. Me volteé y vi una chica casi idéntica a Windy, de piel azul, cabello negro y ojos verdes, pero vestía con ropas diferentes, pues pude ver que llevaba una falda roja, unas medias de rejilla, y una camiseta amarillenta con un jersey a cuadros por encima.

-¿Windy?- La miré sorprendido. Esa chica parecía una doble perfecta de la misma - con la excepción de que tenía el pelo largo-, pensé que tal vez sería su otro yo de este universo, pero algo me decía que no era así.

-¿Quién?- Preguntó ella, sin entender por qué la había llamado así.

-Te ves igual que una chica llamada Windy que conozco, por eso pensé que eras ella, pero ahora veo que no- Le respondí comprobando que, en efecto, ella no es Windy- De todos modos, tal vez tengáis alguna relación familiar.