Maddison había sido como un rayo de luz en su vida, fue una gran amiga en los momentos difíciles cuando su vida se veía nublada por malas noticias, había estado ahí cuando las personas se iban de su vida, siempre supo que palabras usar para hacer que el mundo doliese un poco menos.
Cuando decidió formalizar su relación fue porque estaba seguro de que estaría bien con ella, de alguna forma se habían mantenido estables y enamorados durante un año y ocho meses, la relación más larga que había tenido en toda su vida, lo que llevó a la prensa a comenzar a subir notas sobre rumores de boda, de embarazo, incluso hubo una vez en la que los titulares se basaban en que se habían casado en secreto, fue entonces que comenzó a sentir la presión y darse cuenta que cada vez era una relación más seria, que quizá ella estaba esperando a que le diese un anillo o que estuviese dispuesto a dejar su carrera en segundo plano, lo que jamás pasaría.
La quería más de lo que cualquiera de sus amigos podría creer, pero menos de lo que la prensa esperaba de él.
Lo pensó durante dos meses enteros, notó como parecían ya una pareja de casados, vivían juntos, y cuando él tenía que viajar debido a su trabajo, ella muchas veces le acompañaba, lo apoyaba vistiendo los colores típicos de Ferrari y muchas veces usando su camiseta, lejos de sentirse cómodo, comenzó a sentirse ansioso, a tener miedo del futuro, hasta su madre le decía constantemente que Maddie era la mujer perfecta para poder compartir su vida, estaba de acuerdo con ella, pero no sabía si él era el correcto para ella, después de todo nunca le daría toda la atención que podía requerir, había escasos momentos en los que se daba cuenta de ello, siendo uno de estos cuando ella estuvo presentándose en la semana de la moda y él no fue, únicamente por preferir quedarse entrenando, fue ahí, cuando vio como su familia, la familia de ella e incluso algunos amigos en común posteaban fotos de su novia en la pasarela, mencionando lo orgullosos que estaban, que tomó la decisión.
Diciembre, 2022.
Se supone que ella llegaría en cualquier momento y lejos de sentirse emocionado, estaba nervioso, no podía seguir alargando más aquella relación. Tenía sus maletas listas, y aunque pensó en huir antes de que ella llegara, decidió ser valiente y decírselo en persona.
Estaba sentado frente a la mesa del comedor, tenían un departamento pequeño, pero ella siempre se había encargado de hacerlo hogareño. Estaba enfrascado en sus pensamientos, fue interrumpido por el sonido de la puerta y la armoniosa voz de quien hasta ese momento era su pareja.
— ¿Charles? ¿Amor?
En otras ocasiones esas dos palabras le hacían sonreír, correr a su encuentro. Pero ahora, que probablemente seria la última vez que la escucharía, sintió un presión en el pecho.
— Aquí, Mads.
Escucho como su chica se acercaba y cuando estaba por acercarse a abrazarle notó las maletas a un lado de la silla en la que se encontraba, su mirada era de desconcierto y se había mantenido quieta, a unos escasos metros de distancia. Se negó a mirar directamente a sus ojos, no era tan valiente como pensó.
— ¿Sucedió algo? ¿Tienes algún evento?
— No tengo nada, pero tenemos que hablar, por favor, toma asiento.
Notó como sus manos temblaban y como a pesar de ser inquieta y siempre buscar una explicación a las cosas, esta vez decidió obedecerle sin decir ninguna palabra.
— Dime que no es lo que estoy pensando, Charles.
Estiró su mano para poder acariciar la temblorosa mano de la menor, le dio unas suaves caricias mientras intentaba sonreírle, aún sin mirarla a los ojos.
— Nada de esto es tu culpa. Soy yo, no puedo enfocarme en mi carrera si sigo estando contigo.
— ¿Qué? ¿De qué estás hablando, Charles Leclerc? ¡Si la primera en apoyarte en todo soy yo!
— No tienes nada que ver en mi decisión, Maddie. Simplemente no puedo estar contigo y ser un buen piloto, necesito concentrarme, necesito estar solo, no necesito una relación.
Maddison apartó su mano, fue ahí cuando tuvo el valor de subir su mirada y pudo notar como la bonita chica que tenía frente a él, derramaba lágrimas por su culpa. Mejor ahora que en un futuro, cuando vea que no soy lo que merece, pensó. La menor no encontraba las palabras para poder responder a las inesperadas palabras del contrario.
— Es un poco tarde para darte cuenta de esto. Supongo, que debo comprenderte ¿no?
— Por favor, Maddie. Te amo, pero realmente no puedo, dime que lo entenderás.
Se había puesto de pie únicamente para acercarse a la castaña, para intentar limpiar sus lágrimas, habían estado en esa posición antes, pero no siendo él culpable de su tristeza.
— Quizá algún día te entienda. Entonces, ¿eso es todo? ¿se acabó y ya? ¿que haremos con nuestro departamento? ¿cómo le diremos a nuestras familias? dios, como extrañare a Pascale, a Arthur.
El monegasco que continuaba cerca suyo, acariciando su rostro negó ligeramente con su cabeza al escuchar sus últimas palabras y bajo su mano para poder tomar nuevamente la contraria, dándole un suave apretón.
— Puedes seguir viéndoles. Y con respecto al departamento, yo me iré, puedes venderlo, hacer lo que quieras con él.
Después de un par de palabras más, de él intentando reconfortarla, se había ido. Dejándola en una habitación llena de recuerdos juntos, que ahora no serían más que aquello recuerdos.
Su último acto de amor, fue saber cuándo dejarla ir o eso pensó.
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Just a confusion | Charles Leclerc
FanfictionToda su vida se basaba en tomar decisiones impulsivas y tener que vivir con ello. No solía arrepentirse de ello, después de todo eso es lo que le había permitido llegar a la máxima categoría de automovilismo, la fórmula 1, el problema surge en su vi...