Si me cautiva el protagonista masculino, bondadoso y posesivo

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 9

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Rosenia se sorprendió cuando de la boca de Llewellyn salieron palabras groseras, completamente impropias de él. Miró a su alrededor y encontró a los "bastardos" de los que estaba hablando.

Dentro del restaurante había dos parejas, una familia y dos grupos de tres y cuatro personas respectivamente. Ella pensó que tal vez estaba hablando de ellos.

Esos tipos parecían tener entre 30 y 30 años como máximo, mientras que el más joven parecía tener más o menos su edad.

Estaban mirando en su dirección, hacia ella para ser exactos, y susurrando entre ellos.

Y entonces, por un breve momento, Rosenia se encontró con los ojos del menor, quien rápidamente se sonrojó y bajó la cabeza.

Sin darse cuenta, esa linda reacción la hizo reír. Tras su reacción, las otras personas comenzaron a mirar en su dirección. En cualquier caso, ella sólo parecía estar bien por fuera...

"Me alegro de que Adrian no esté aquí".

Rosenia estaba segura de que su hermano se habría vuelto loco y amenazado con sacarles los ojos a esos hombres...

Mientras Rosenia se estremecía al pensar en el temible poder mágico de Arian, de repente sintió un escalofrío proveniente del asiento junto a ella.

Girando lentamente la cabeza hacia un lado, notó que Llewellyn estaba mirando al hombre más joven con una sonrisa escalofriante.

"..."

Rosenia lo miró fijamente con los ojos bien abiertos, sin palabras.

Ahora que lo pienso, era la primera vez que veía su cara de enojo.

'¿Por qué está enojado? ¿Porque ese joven se sonrojó ante mí?

'Solo eso, este tipo, ¿por qué?'

Al notar su reacción, su mente se volvió caótica y le costó digerir la situación.

Entonces, de repente la golpeó.

'Ah, ya veo…!'

¡El anticuado Duque Rasiane no soporta que otros hombres se sonrojen al ver al sexo opuesto en público!

"Entonces, efectivamente".

Rosenia asintió con la cabeza en acuerdo consigo misma. Los ojos de Llewellyn se volvieron hacia ella.

De un vistazo, sus ojos habían vuelto a su suave brillo.

"Bueno, como era de esperar, es tolerante".

Rosenia miró a Llewellyn y sonrió alegremente. Luego, pareciendo vacilar por un momento, pronto le devolvió la sonrisa. Su mano se estiró y colocó el lado de su cabello detrás de su oreja que había caído por su mejilla.

“Dijiste que tenías hambre, ¿verdad? ¿Hacemos el pedido?

"¡Oh! Sí."

Ante su pregunta, Rosenia asintió y tomó el menú. Había ido a menudo a este restaurante con Adrian, por lo que sabía lo que estaba delicioso.

"Hmm, guiso de almejas con aceitunas... Ah, ¿te gustan las almejas?"

“Estoy bien con cualquier cosa”.

"¿En realidad? Pensé que serías quisquilloso con la comida”.

Mientras hablaban, inesperadamente, Llewellyn sonrió y dijo.

"Cuando estoy con Rose, todo es delicioso".

“¿E-es así?”

"Sí. Pero todavía no he probado nada más delicioso”.