Antes de tu partida amaba admirar el cielo y mi galería se veía así.
Sin embargo cuando partiste no pude ver el cielo sin llorar porque no podía aceptar que ya no estuvieras aquí conmigo y que ahora el cielo era tu hogar, y me dolía muchísimo así que estos años mi galería no se llenó más de este tipo de fotos.
Ahora quiero creer que al pasar de estos años he estado sanando poco a poco porque aunque aún me duela muchísimo hoy día puedo volver a observar el cielo; con los ojos cristalizados pero con una sonrisa porque definitivamente sé que estás en un lugar maravilloso donde realmente puedes ser feliz.
Me haces muchísima falta, te sigo pensando, llorando y siempre te extraño pero me consuela un poco el pensar que aunque no físicamente pero estás conmigo en todas las cosas bonitas y el cielo definitivamente siempre será una de ellas, así que gracias por aún seguir conmigo y en mí.
Te quiero tanto, como te extraño.
❤