Capítulo 2

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Y la semana se fue como agua entre los dedos y llegó en menos de lo que esperaba. Ni siquiera pude pegar un ojo en toda la noche. Esto es completamente notorio, mis ojos están rodeados por unas enormes bolsas de color violeta y mis labios parecen haber perdido toda la vida; están completamente secos.

Jisoo llega temprano en la mañana, casi dos horas antes, completamente emocionada.

—¿Qué-sucedió-contigo?—pregunta modulando cada palabra incrédula.

—Estoy jodidamente nervioso, eso es lo que sucede. No he podido pegar el ojo.

—Jennie, solo es como una consulta, imaginate al dentista.

—Odio a los dentistas—contesto agarrando fuertemente la taza de café sin mirarla. Ella bufa sentándose frente a mi, con ambos brazos sobre la mesa.

—Buen punto—dice susurrando—pues imagínate que es, tu...bueno, cualquier médico, quien solamente te hará un simple chequeo, nada más.

—Eso es completamente incoherente. Primero que nada, ella no es un médico, es una especie de psicólogo...¡de sexo!—exclamo levantándome rápidamente, botando casi todo el café en la encimera—una sexóloga a quien tendré que contarle mi "problema" y luego se reirá de mi en cuanto me vaya y quizás lo publique en algún libro que tenga pensado escribir, llamándole a este "virgen a los veinticinco" una comedia erótica para que se diviertan con el estúpido caso de una joven que le tiene fobia a que los hombres la toquen—grito histérico tomándome el cabello con desesperación y con la respiración completamente agitada caminando de un lado a otro. Jisoo me miraba entre asustada y divertida aún sentada en la barra de la cocina.

—Estás completamente loca, Jennie, ella no harpa eso, ¿no crees que tendría millas de libros con los "problemas" ¿de todos sus pacientes? No eres la única chica que está pisando los veintiséis y aún es virgen. Eso es algo normal.

—¿Conoces a alguna otra estúpida igual que yo?

—No—murmura—pero sé que en algún otro lado puede que haya, y hasta con más edad, no deberías ponerte así con un problema tan minúsculo como ese. Lisa te ayudará a superar tu fobia. Así que no te pongas nervioso y paranoíca y ve por tu bolso que es hora de irnos. El camino es un poquito largo.

Suspiré tranquilizándome y subí a las escaleras a mi habitación para tomar mi bolso, un poco de perfume y arreglar un poco más las ojeras para que no fueran tan notorias.

Jisoo tenía su auto ya y quiso que fuerámos ambas en el por el miedo a que yo pudiera desviarme del camno y escaparme a otro lugar. Maldita Jisoo que me conoce tan bien. Reí pensándolo y cerrando los ojos para poder descansar un poco.

El camino, como ella había dicho, era un poco largo y muy cansado

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El camino, como ella había dicho, era un poco largo y muy cansado. Quedaba a las afueras de Seúl, casi llegando a Busan, apartado de la civilización (como Jisoo dijo). Jisoo sonrió estacionando y desabrochándose el cinturón de seguridad y haciendo un gesto con la cabeza para que nos bajáramos. Los nervios que se habían ido hace unos minutos, volvieron fuertemente. Mis manos comenzaron a sudar y tenía muchísimo frío.

Al parecer, Jisoo se dió cuenta del problema y me tomó del brazo y comenzó a caminar más rápido hasta entrar completamente en la consulta de la sexóloga.

Un gran mesón de caoba estaba en la gran sala de espera. En ella, una secretaria rubia con una sonrisa algo fingida y muy mal pintada de un color rojo. Jisoo se acercó a ella sonriendo y le saludo alegremente  mientras decía cantarina mi nombre.

—Pues pónganse cómodas ahí. La doctora Manobal está aún dentro con un paciente.

—¿La conoces?

—¿Recuerdas que he venido ya?

—Claro, al parecer muchas más veces de lo requerido.

—Se me había olvidado que aún no ves a la doctora—murmuró con una sonrisa picarona.

—¿Cómo es eso...de doctora?—pregunté ignorando completamente su tono de voz y sonrisa . Ella rodó los ojos y se acomodó en el blanco sillón para mirarme.

—A los psicólogos también se les dice así, es algo normal. ¿Por qué no decirle a ella también así?

—¿Por qué ella no es una psicóloga normal?

—Si lo es, Jennie, es solo una psicólogo especializada en sexo. Al igual que un psicólogo especializado en parejas o en gente loca.

—Esos son los psiquiatras.

—Como sea. Debes llamarle doctora Manobal cuando quieras hacerle alguna consulta. Si es que vienes seguido y ella te da la confianza, hasta podrás llamarla por su nombre.

—Estoy emocionada por eso—pronuncié sarcástica. Recostándome en el sillón.

La puerta color blanca a un lado del mesón, se abrió y de ella, salió una sexy muchacha de cabello castaño, unos maravillosos labios y para que decir, con un cuerpo de infarto. ¿Ella era una paciente?

—Ella es.

—¿La doctora?—pregunté soprendida.

—Si, ¿verdad que está buenísima?—susurró sonriendo. Mis nervios aumentaron aún más y pensé que me desmayaría en cualquier momento.

 Mis nervios aumentaron aún más y pensé que me desmayaría en cualquier momento

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Imagen mental de como iba vestida Lisa 🥵🤙🏻Pronto más capítulos

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Pronto más capítulos.

Virgen a los 25-Jenlisa G!P ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora