Única parte

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* Por favor leer la descripción de la historia antes de continuar...

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- Regalo listo.

La fábrica de juguetes estaba trabajando arduamente a pesar de la tormentosa nevada afuera, preparados para lo que se avecinaba en la madrugada.

Después de tantos meses de espera había llegado ese ansioso día.

La navidad.

La festividad más clamada por los niños, odiada a veces por los adultos y la más esperada por los ayudantes de Santa.

Con la nevada fuera del taller, los empleados de Santa hacían su arduo trabajo dentro de ella, fabricando los regalos que se repartirán esa noche.

La enorme bolsa roja seguía creciendo cada vez y los juguetes parecían no acabarse nunca.

Afuera hacía frío, pero adentro estaba calentito debido al gran movimiento entre los chicos, quienes caminaban de un lado a otro como hormigas trabajadoras, sonrientes y concentrados en la parte que les correspondía.

Santa era el que supervisaba todo desde la cima, como jefe y personaje principal esa noche. El segundo piso permitía tener una mejor visión de todo el taller.

Había algunos peluches rellenándose en el rincón izquierdo por dos ayudantes que bromeaban mientras llenaban con felpa un osito de tela gris, luego, otro de sus chicos les colocaba las ruedas a unos autos de plástico en el rincón derecho, por otro lado, dos estaban en el centro checando que los aparatos electrónicos prendieran y andarán a la perfección.

La llegada de la tecnología en el nuevo mundo significaba una larga lista de objetos virtuales que los niños le pedirían para navidad, así que, aunque le costará un poco volverse uno con ese ambiente, acató a todas las órdenes y tachó de su larga lista los regalos que ya estaban listos como celulares o tabletas digitales.

Solo que había algo más que le hacía ruido a todo el movimiento del lugar, una molestia que tenía nombre y apellido. Cinco de sus trabajadores estaban en la fábrica, platicando y riendo mientras se concentraban en los suyo, pero le faltaban dos empleados.

Lo cual se le hizo extraño.

Observó por todos lados tratando de encontrar rastro de esos ayudantes faltantes, pero no se encontraban por ningún lado, o al menos no por los rincones en donde su ojo alcazaba a divisar.

¿Tomaron un momento de descanso sin su permiso?

¿Acaso no sabían todo el atraso al que se sometía?

Aún había una larga lista por terminar y el tiempo se acababa. No era momento de jugar o reposar.

Chasqueando la lengua con molestia guardó su lista en un cajón de una repisa que estaba por ahí y empezó su búsqueda. La fábrica de juguetes contaba de muchas puertas y almacenes, así que abrió cada una en búsqueda de sus ayudantes.

Brincó entre los regalos fallidos regados en el suelo, abrió y buscó en los cuartos llenos de partes de juguetes incompletos, los baños, incluso hasta en su oficina.

Sin hallar rastro de ninguno.

Comenzaba a enfurecerse un poco a cada paso que daba. Podía sentir el tictac del reloj sonar en su cabeza, y como el maniático del orden y el tiempo que era, estaba empezando a perder la paciencia.

Jeong YunHo y Song Mingi eran sus mejores empleados en años anteriores ¿Por qué estaban causando problemas ahora?

No quiso agobiar a los demás con dos hombres sin trabajar, pero todos notaron cuando su paso se acercaba al de ellos con tal de encontrar con su vista a los desaparecidos. Aun así, no preguntó nada y siguió mencionando que todo estaba en orden.

˗ˏˋ ¡Querido Santa...! ˎˊ˗ [Hongjoong Harem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora