¹ || Capítulo unico.

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Megumi postrado en su colchón, su cuarto esta desordenado. Su cabello mal peinado y su casa muy descuidada, se dejó llevar por los sentimientos retenidos los cuales mantuvo en pequeñas cajitas de crital, para que nadie las toque o abra, para que no se salgan esas lagrimas.

Mira débilmente la pantalla de su celular, esperando algo, aun no sabe bien que espera, pero lo esta necesitando de sobremanera. Una pequeña luz enciende la pantalla del teléfono, indicando que un mensaje ha llegado.

Rápidamente Megumi abre bien sus ojos y exaltado abre el teléfono móvil, bajando a la bandeja de notificaciones. Dándose cuenta que solo era un aviso de un Gmail.

"Te ofrecemos un increíble descuentos en—"

Y dejó de leer. Era spam, fue decepcionante. Al igual que él -al menos eso dice él- tan decepcionante como no poder evitar la muerte de tu padre estando enfrente, decepcionante como no reconocer a tu madre, decepcionante como no ver a tu padre desde que ocurrió aquel incidente mortalmente venenoso. Decepcionante como aislarte en tu habitación, la cual tiene más sombras y oscuridades que luces. Decepcionante como él, Fushiguro Megumi.

Un recuerdo añorado se abraza a él. Un recuerdo calido y sincero, una imagen -si así se puede decir- de aquel individuo de espaldas, tan bello, tanta paz.

El 31 de octubre, en la ciudad de Shibuya, Japón. Ocurrió un terrible incidente, provocado por la guerra fría entre hechiceros y hechiceros malvados junto a maldiciones. Un hecho históricamente abismal y tetrico, contando con la muerte de cientos de civiles, muertes y más muertes.

Aquellas todas esas muertes, se les ponian encima de la pequeña y dolorosa espalda de Itadori Yuuji. Un estudiante de hechiceria de 1° año. Con una maldición adentro suyo, Ryomen Sukuna, el rey de las maldiciones.
El pobre Itadori Yuuji era responsable de todo eso, siempre lo fue según los altos rangos. Un chiquillo peligroso corriendo en el medio de una guerra es aquél que la ganara -o aquél que la acabara-

Por eso de las 11 de la noche, ocurre una tragedia, una persona o maldición no identificada hace que Yuuji Itadori coma 10 dedos de Sukuna. Aumentando su poder y haciendo que este se apodere del cuerpo del pequeño pelirosa. Una masacre es llevada a cabo. Ahora mismo se mostraran los nombres de los asesinados por Ryomen Sukuna:

Nanami Kento, hechicero de primer grado.
Kugisaki Nobara, estudiante de hechiceria de primer año.
Suguru Geto (se sospecha su identidad), hechicero maligno.
3 maldiciones de primer grado no identificadas.
Al rededor de 200 civiles.
Mimiko, cómplice de Suguru Geto.
Nanako, cómplice de Suguru Geto.
Aoi Todo, estudiante de la escuela de hechiceria de Kyoto.
Mei mei, hechicera de primer grado.
Ui Ui, hermano menor de Mei mei, hechicero.

Hasta ahora no se han registrado la cantidad exacta de muertes provocadas, pero se cuentan al rededor de 350 muertos provocados por Ryomen Sukuna. En esos 20 minutos, se termino la guerra, solo quedaban sientos de cadáveres amontonados y ensangrentados. Con tanta crueldad, tanta violencia, tan poca empatía.

Fushiguro Megumi perdió la visión en su ojo izquierdo, perdió su brazo izquierdo debido a un impacto que le provocó una maldición y también perdió la posibilidad de escuchar de su oido izquierdo. Ensangrentado corría y se arrastraba hacia la ubicación de Itadori Yuuji. Su amado y su dulce pequeña y conflictiva paz. Lo abrazo con tal fuerza la cual no podría inigualar nunca. Lo abrazo fuertemente, se aferro a su cuerpo, abrazo cada esquina de su alma, mientras este lloraba, se maldecia y se lastimaba. Ambos tumbados en el suelo mientras se aferraban de esos pequeños planes que tenían para algún futuro.

~

Cuando salgamos de esto, podriamos dejar la hechiceria ¿No crees? — decía Yuuji siempre, mirando al cielo mientras Megumo escuchaba.

Tener una casa nosotros dos, y tener una vida normal y tranquila. Los dos juntos y nada mas. — Decía, mientras agarraba las manos del contrario. Estaban enamorados, ya se saben la historia, las fantasías de dos chicos en pleno amor, fluyendo por todo su ser y alma. Un final felíz para ambos ♡.

~

Ya habian pasado 3 meses desde que Yuuji se habia suicidado. Colgándose de su techo con una cuerda seca y casi rota. Una escena que Megumi nunca podra olvidar, aquellos ojos avellanas tan brillantes ahora no eran más que unos ojos caidos y grises, observando el suelo mientras el cuerpo se movía de lado a lado poco a poco, un pequeño papelito dejabo suyo en el cual le pedía perdón a Megumi por no poder cumplir aquellos futuros que tenían planeados.

Megumi desde ese día se encerro y se aisló, no le encontraba sentido a nada, le escribía a Itadori con la esperanza de que algún día Yuuji contestará con uno de sus hermosos "Buenos días mi Megu ¿como dormiste <3?" soñaba con la silueta de Itadori en sus fotos familiares. Lo veía en todos lados, miraba al cielo y miraba sus bellos ojitos tan lindos y brillantes como la pequeña luna.

Lo único que me deja tranquilo ahora, es el hecho de que Megumi ahora mismo esta aferrado a Itadori Yuuji.
Megumi luego de quitarse la vida fue cremado y tirado encima de la tumba de Yuuji Itadori, junto a las flores favoritas de ambos y de dejarles también esas pequeñas cartas las cuales entrelazaban sus vidas.
Siempre supe que sus almas funcionaban en complemento, latian juntas y respiraban sus felicidades y tristezas de ambos. Me pondría mal, pero eso sería egoísta ¿Verdad? Allá en la pequeña Luna, que tanto miraban aquellos dos chicos enamorados. Allá es donde ahora mismo deben estan juntos cumpliendo todos sus futuros pendientes.

Itadori Yuuji, Fushiguro Megumi, se que ambos están allí, tomados de la mano, caminando en ese lindo campo de girasoles que tanto los inspiró a enamorarse. Los veo desde aquí.

                     –con anhelo y cariño, Satoru.

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✧-𝐎𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞 || ғᴜsʜɪᴛᴀ/ɪᴛᴀғᴜsʜɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora