Una mañana de sábado, me desperté muy contento porque íbamos a ir al centro comercial a entregar la carta de Papá Noel
- ¡Es hoy! - grité eufórico.
Amaba la Navidad y cada día que pasaba me moría de ganas por poder llevar a cabo sus costumbres. Una de mis favoritas era la de ir a echar la carta al buzón de Papá Noel, ya que me hacía ilusión poder hacerme una foto con él y decirle que había sido bueno este año.
Rápidamente desayuné, me duché, me vestí, saqué a pasear a mi a mi perro para estar puntual a las 11:30 de la mañana en la puerta de mi casa y poder ir al centro comercial.
Cuando llegamos, había una cola de unas 50 personas, pero necesitaba hablar con Papá Noel así que me daba igual que esperarla.
Tras una hora y media de espera, pude hablar con Papá Noel y decirle lo que me haría ilusión que me trajera: un patinete y un nuevo balón de fútbol.
Al salir, uno de los elfos que acompañaba a Papá Noel, me dio un sobre.
- ¿Qué es esto? - Le pregunté
- Ábrelo en tu casa sin tus padres. - Me dijo aquel señor
Pasé todo el camino de vuelta pensando en ese momento y en el contenido del sobre. ¿Una carta de papa Noel? ¿Un comunicado?... Tenia demasiadas dudas, a si que esperé a la noche para poder abrir la carta y salir de aquella duda que entro en mi cabeza y no había manera de sacarla.
Por fin llegó el momento de abrir el sobre y poder ver su contenido. Lo abrí y dentro había un papel antiguo como si hubiera estado 13 años metido en una caja bajo la lluvia y poco a poco se hubiera manchado de café. Su contenido no decía mucho:
"Ve el dia 10 de Diciembre a las 18:30 a la calle Ridor Back (Junto a la panadería del señor Joe Barry). NO PUEDEN VENIR TUS PADRES".
Esas últimas palabras me asustaron tanto como me inquietaron. Simplemente, no sabía que iba a pasar.
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el pueblo navideño
Randomun niño de trece años descubre un pueblo navideño donde todo es alegría y color.