el pueblo navideño

La Chica

Llego el momento de volver al pueblo de la navidad y reencontrarnos con todo lo que habíamos visto hacia 3 días.

Los elfos nos dijeron que en 3 días a la misma hora, fuéramos al parque y ellos nos llevaban. 

Tenia muchisimas ganas de ir y poder seguir investigando el pueblo y conocer más de esa cultura.

Cuando el trineo en el que íbamos aterrizó, el elfo lo reunía a todos y nos dio un papel a cada uno de nosotros.

- he conseguido un mapa de la ciudad para cada uno - Nos dijo el elfo.

He apuntado sitios para recomendaros que hacer y qué ver aquí- Continuó contándonos - hay restaurantes, tiendas de alimentación, tiendas de souvenirs, puntos de encuentro...

Me hizo mucho ilusión que nos dieron un mapa y que nos apuntaron sitios, ya que estaba un poco perdido y no sabía dónde ir.

Además, el elfo nos dijo que hoy teníamos más tiempo para estar aquí, ya que era viernes y no había ni madrugar mañana para ir al colegio o al instituto.

Después nos dijo que nos podíamos ir ya y que nos lo pasaremos bien. Fui a la plaza del árbol y allí empecé con un boli que me dejaron a trazar mi ruta. En total, iba a visitar unos 10 sitios. Así que me puse manos a la obra y me fui a andar.

Cada vez sentía que me enamoraba más de la ciudad y que quería venirme a vivir ahí de mayor. La gente era encantadora y siempre te ayudaba en lo que necesitabas.

En uno de los puntos de encuentro me fijé en que había muchos jóvenes, pero en concreto me fijé en ella. Una chica que parecía más o menos de mi edad y que era morena, pelo rizado, ojos grises y guapa hasta el infinito y más allá.

Sentí que mi corazón aumentó de cero a cien las pulsaciones y empecé a tener mucho calor aunque estuviéramos en pleno diciembre.

Estuve pensando mucho tiempo seguir a hablar con ella o no pero cuando me decidí a ir, se había ido. Había desperdiciado la oportunidad de mi vida de hablar con la chica de mis sueños.

Aunque muy triste, seidi paseando por aquella ciudad y viendo cada uno de aquellos monumentos pero había algo que no me podía sacar de la cabeza: aquella chica.
No sabía ni su nombre, ni de dónde era, no sabía nada pero me enamoré de 0 a 100.

Una vez acabó el paseo, fui a una tienda de alimentación que había en el centro a comprar una chucherías para comermelas en el camino de vuelta. No había mucha gente, sólo había un hombre delante mía que iba a comprar el pan. De repente, vi que se abría la puerta y me di cuenta, de que aquella chica que había visto el en la plaza, entró a la tienda.

Cuando compre las golosinas, me quedé un poco escuchado que decía la muchacha a la dependienta y por la conversación, me di cuenta de que ella vivía allí y estaba muy contenta con la llegada de gente de fuera.

Me fui a mi casa en el trineo y cuando llegue a mi casa, cene y me fui a dormir porque quería descansar para que al día siguiente, atreverme a hablar con ella.