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@boludita123

"hola hermana se de una pibita que termino literalmente el mes pasado (!!) el colegio y se está cogiendo a Giay, si queres te paso data"


Valentín, con la mirada fija en la pantalla de su celular, frunció el ceño con confusión y un sentimiento que no pudo reconocer.

No era la primera vez que leía en Twitter algún chisme de Agustín o que veía por Tiktok un video de alguna chica sacando a la luz una anécdota viejísima con el susodicho, no era nada nuevo para él. Sin embargo, esta vez no se lo esperaba.

¿De verdad a Agustín le gustaban las colegialas? ¿Habrá empezado a seguir a alguna?

Negó para sí mismo, obligándose a no entrar en esa. Está bien si Agustín empieza a seguir a egresadas en Instagram. Está bien, en serio, no pasaba nada.

Suspiró, inhalo y contó hasta tres.

No pudo.

Con algo parecido a la emoción, agarró el celular y abrió la aplicación de Mercado Libre. Tecleó con rapidez "disfraz de colegiala", no sin antes mirar para los costados, con el fin de asegurarse de que nadie lo esté observando en su pequeña travesura.

El traje que más le llamó la atención consistía en cinco piezas: un corpiño blanco de encaje, un corbatín cuadrille en tonos rojos y azules que hacia juego con la pollera cortísima del mismo color, unas medias red blancas y una less regulable. Lo compró.

La primera parte del plan estaba resuelta; ahora quedaba esperar por el traje, que según la aplicación llegaba a la tardecita, y hablar con Agustín.

Se decidió por mandarle un mensaje, por miedo a que en la llamada reconozca su tono de voz irregular.

valentín

¿nos podemos ver esta noche?

mi agu

hola bebé

si obvio, vamos a comer por ahí?

te extraño

valentín

uh, si es dsp de comer mejor

tengo q terminar de hacer unas cosas

yo tmb

mi agu

dale amor

quedamos asi <3

Una hora después, cuando el reloj marcó las ocho de la noche, el timbre sonó. Con efusividad, se acercó a la puerta y agarró el paquete, sintiendo como las manos le temblaban.

El disfraz, por suerte, era exactamente igual al que estaba en la foto. Se lo puso con cuidado, tomándose todo el tiempo que necesitaba con tal de no romperlo ni arrugarlo. Le gustaba muchísimo.

Las medias red blancas lo hacían ver como un ángel, como el ser más bondadoso de la tierra. Le resaltaban las piernas trabajadas y combinaban con la pollera.

La falda, que justo coincidía con los colores de San Lorenzo, le quedaba cortísima, tanto que se le veía casi la mitad de la parte trasera. Por otro lado, el corpiño de encaje le quedaba cómodo pero le daba vergüenza, porque le marcaba más tetas de las que en realidad tenía (y casi que no tenía).

Antes de arrancar a maquillarse, comenzó a preparar la cena, ya que hoy era para él solo. Sin mucho entusiasmo, extrajo la tapa de tarta de la heladera, más dos latas de choclo cremoso que almacenaba en un mueble. Con delicadeza, cubrió la asadera con una de las tapas y vertió el contenido de las latas, añadiendo pedacitos del queso, también cremoso, que tanto le gustaba.

colegiala; gialenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora