La Dama De Negro

Isaac...

Admirandola desde su cama, mientras ella se viste yo le miro con una sonrisa, admirando su piel pálida, y su mirada concentrada en la ropa que se pone para saber si esta bien es simplemente perfecto.

- Luego te quejas de que no te ves bien...

Dije sonriendo.

- Es que tu me miras a tu manera, yo a la mía.

- Aja...

- Buenos ya estoy lista, vámonos.

Dijo ella, salimos del cuarto, caminamos por pasillos y al final nos metimos en su auto, ella condujo tranquilamente, llegamos a un callejón donde esperaban dos personas, Anya se bajo del coche y yo detrás de ella.

- Buenos días...

Dijo ella, al escuchar su voz sabia que ya no estaría la niña que se vio por la noche... si no la dama de negro en persona.

- ¿Hola?

- Vengo por el 623.

- ¿Usted es?

- No necesito una puta identificación ni decirte mi nomb...

Antes de que terminara tome su mano, ella dejo de hablar y suspiro, pero nada mas perdió aun mas la paciencia... saco un arma y les disparo en la cabeza a las dos personas.

- Recuerda... por el dia, ante mi, tu no eres nadie.

Me dijo ella soltando mi mano y caminando hacia adelante.

- Tocaba intentar...

Me dije a mi mismo.

Anya...

No tenia paciencia, y lo poco que tenia la estaba perdiendo por completo, con mi pistola en la mano y mi mirada seria, entre a la oficina de un gilipollas.

- T-Tu...

Dijo la persona enfrente de mi con miedo.

- ¿Yo? Yo soy la dama de negro.

Le dispare en la cabeza, tire su cuerpo al suelo y mire en su computadora tres cosas, sus compartimentos, municiones y negocios, mientras que tenia un detonador hermoso en uno de mis bolsillos para volar este lugar luego de retirar todo.

- Estas abusando un poco...

- Cierra el pico.

Dije seria, me gire y mire por el ventanal de la oficina, sonreí...

- Conozco esa cara.

- Y eso te encanta...

Rompí la ventana y salte, 20 pisos hacia abajo y yo sin miedo en absoluto, Isaac se tiro 2 segundos después de mi.

Sana y salva quede al bajar, ¿como sobreviví?  No es difícil sobrevivir si eres yo.

Isaac bajo y yo con impaciencia me subí al coche, el como mi copiloto, conduje con toda prisa y presione el detonador, escuchar como el edificio explotaba y se volvía pedazos me encantaba...

- ¿Qué sigue?

Pregunto el.

- romperle las caras a unos idiotas del norte.

- Me gusta la idea.

- Exacto.