—¿Qué... qué haces aquí? —pregunta ella, respira con dificultad y tiene la mirada clavada en él, aquel joven que está apoyado en la puerta de ese cuarto blanco—¿quién eres?, ¿cómo entraste? —ella continúa preguntando mientras trata de zafarse de la camisa de fuerza que la aprisiona.
—Solo quiero hacerte compañía—responde él mostrándole una media sonrisa y mirando con atención cada uno de los movimientos que hace la chica.
Ella empieza a caminar hacia él... lenta y torpemente.
—No... no—susurra ella negando con la cabeza y se detiene frente a él—tú no eres real—ella da la vuelta y camina torpemente hasta llegar al otro extremo de la habitación, se apoya de costado en la pared y resbala hasta quedar sentada en el suelo, empieza a llorar.
—¿Por qué piensas eso? —dice él en voz baja y se sienta a su lado.
Ella lo siente, su olor, su respiración, la presencia de él ahí con ella, cierra los ojos con fuerza por un momento y luego los vuelve a abrir, el guapo rubio que tenía a su lado hace unos segundos...ya no está.
Y llora, Lia llora al saber que era otra de sus alucinaciones. Es la segunda vez que lo ve y desea con todas sus fuerzas que sea real...
Da un último y esperanzado vistazo a la habitación...está sola.
Ya hace mucho perdió la noción del tiempo y le cuesta recordar cuanto va en aquel psiquiátrico en el que la tienen prisionera, de ella, de su mente o de una realidad que no puede recordar, pero sabe que ahí está.
Siente un pinchazo en el antebrazo, lo que ocasiona que ella abra rápidamente los ojos. Está en su cama, cubierta por las mismas sábanas blancas de siempre, mira a su alrededor, nada ha cambiado, las mismas paredes blancas la siguen teniendo prisionera...
Dirige la mirada a su antebrazo, unas manos se encargan hábilmente de ponerle una gasa para tapar el hueco que le dejó la aguja, poco a poco sube la mirada y ahí está él, completamente concentrado en su antebrazo hasta que se da cuenta de que ella lo observa. Le sonríe.
—¿Dormiste bien? —pregunta él.
Está aquí, piensa ella y no puede dejar de mirarlo, siente como una lágrima resbala por su cien izquierda. Si, él está ahí, con ella, y esta vez no es un sueño o mucho menos una alucinación...él es real y ella lo sabe.
—Por favor—balbucea Lia al mismo tiempo que se incorpora en su cama para poder sentarse—por favor dime que no te irás—continúa sin siquiera pestañear, su llanto se hace más profundo y tiene miedo, miedo de que al mínimo parpadeo él desaparezca.
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ADICCIÓN / Jackson GOT7
FanfictionA MODO DE PRÓLOGO Drogadicción: de hecho, en la mayoría de los casos te lleva a una felicidad que solo vive dentro de ti cuando en realidad te mata lentamente, pero si tienes suerte... podría llevarte a una felicidad real. -Háblame de él-pide mi psi...