capitulo 1

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Las manos descansaban sobre la cama, entrelazadas en un gesto de ansiedad

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Las manos descansaban sobre la cama, entrelazadas en un gesto de ansiedad. Los dedos se apretaban uno contra el otro, como si buscaran consuelo en el tacto. La mirada estaba fija en el reloj de la pared, viendo cómo los segundos se convertían en minutos, y los minutos en horas.

El sonido de las máquinas del hospital llenaba el aire, un zumbido constante que parecía aumentar la tensión en la habitación. La cama crujía suavemente con cada movimiento, como si también estuviera esperando.

La puerta se abrió y un médico entró, con una carpeta en la mano y una expresión seria en el rostro. "Tenemos los resultados", dijo, sin preámbulos.

Las manos se apretaron aún más, como si buscaran fuerza en el gesto. La mirada se dirigió al médico, buscando respuestas en sus ojos.

¿Te parece mejor así? He intentado crear una narración más lenta y tensa, centrándome en los detalles de la habitación y las acciones del protagonista, sin revelar demasiado todavía.
La puerta se cerró detrás del médico, y el silencio volvió a la habitación. Las manos seguían apretadas, como si temieran soltarse y perder el control. La mirada seguía fija en el médico, buscando alguna pista en su rostro.

El médico abrió la carpeta y sacó una hoja de papel, su mirada escaneando los resultados. Su expresión no cambió, pero su silencio parecía hablar por sí solo.

Finalmente, habló: "Tienes un mieloma múltiple". Las palabras cayeron como un golpe, y las manos se aflojaron, como si hubieran perdido toda su fuerza.

La mirada se desvió, buscando algo en la habitación que explicara lo que estaba sucediendo. Pero todo parecía igual, excepto por la sensación de que nada volvería a ser igual.

La habitación parecía haberse detenido en el tiempo. El médico seguía hablando, explicando detalles sobre el cáncer, tratamientos y estadísticas, pero las palabras eran como un ruido de fondo, sin sentido.

Las manos volvieron a apretarse, como si buscaran aferrarse a algo, cualquier cosa, que les diera estabilidad. La mirada se fijó en un punto de la pared, un pequeño agujero en la pintura, y se quedó allí, sin parpadear.

El médico terminó de hablar y se levantó, dejando la carpeta sobre la cama. "Tenemos que empezar el tratamiento lo antes posible", dijo, antes de salir de la habitación.

El silencio volvió, más pesado que antes. La mirada seguía fija en el agujero de la pared, como si esperara que algo saliera de allí, algo que cambiara todo.

Pero nada salió. Solo el silencio, y la sensación de que todo había cambiado para siempre.

La mirada se desvió del agujero en la pared y se dirigió hacia la ventana. El sol brillaba afuera, iluminando el cielo azul y las nubes blancas. Todo parecía tan normal, tan tranquilo.

Pero dentro de la habitación, todo era caos. Pensamientos y emociones se agolpaban en la mente, luchando por salir. La sensación de impotencia era abrumadora.

Fatalidad a tu Servicio (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora