Donde Francesca Brandalisi
quiere cumplir susueño de ganar
está edición de
Gran Hermano...
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Donde Alan Simone se
interpone en su
camino...
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Donde a ella le encanta
esa sonrisa perfecta...
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Donde el queda hechizado
por aquellos hermosos
ojos...
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ME DESPIERTO POR LA LUZ molesta que entra por la ventana.
- Buenos días, bella durmiente - escucho que me dice una vos masculina.
- Buenos días Alan - me siento y le doy un beso en la mejilla.
- Mí remera te queda pintada - dice haciéndome reír.
- Entonces me la tenés que regalar - sonrió como una nena chiquita y el entrecierra los ojos.
- No, es de mis favoritas - se levanta y me dan la mano para que me levante.
- Aww, y me la diste a mí - rodea los ojos pero después rie.
Caminamos a la cocina y saludo a los que estaban ahí, los otros están haciendo ejercicio y hablando afuera.
- Dale desayuna así vamos a la pile - dice el de sonrisa linda - te espero afuera.
Me preparo una chocolatada fría y salgo afuera a sentarme en los sillones entre Alan y Deni. Tomé mí chocolatada mientras contamos anécdotas y nos cagamos de risa.
- Me voy a cambiar y vamos a la pile - le digo a Alan ya que quedamos nosotros dos solos porque los otros se fueron a no se dónde.
- Dale, yo también me voy a cambiar - nos levantamos y caminamos hasta las piezas.
Entro y hablo con las chicas un rato mientras busco mis bikinis.
- Ya estás - se asoma Alan por la puerta.
- No, no se cual ponerme - digo mientras veo las bikinis en mí cama.
- Pero si cualquiera te va a quedar bien - me pongo roja pero como se para a mis espaldas no me ve la cara.
- Deja de coqueterme a la chica - dice Agos y Alan se ríe mientras yo me pongo más roja, si es posible.
- ¿La blanca o la verde? - vuelvo al tema principal.
- La blanca - responde Alan y agarró esa.
- Me cambio y vamos a la pile - le digo y salgo de la pieza para ir al baño a cambiarme.
Salgo al patio y camino a la pileta dónde están Manzana, Denisse, Axel, Joel, Sabrina, Luchi, Emma, Zoe y Alan.
- Por fin, dos años para cambiarte - Alan es el primero que me ve.
- Es que no me podía atar la parte de atrás - digo sentándome en una reposera al lado de Sabri.
- Me hubieras llamado y te ayudaba - vuelve a hablar desde la pileta.
Los chicos que estaban a nuestro al rededor se ríen y yo solo me pongo roja. Así pasamos toda la tarde: tomando sol, charlando, jugando en la pile, cantando, tomando mates (obvio) y no pudieron faltar los coqueteos de Alan que me hacen poner roja como un tomate.
