La competencia

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                         Aurora

Estaba tomando apuntes de lo que el profesor había copiado en la pizarra mientras Jess no paraba de hablarme sobre un chico con el que literalmente nada más cruzo dos palabras en el minimarket que está cerca de su casa.

- Pero no fue un lo siento común sabes. - dijo con su típica voz soñadora - Lo que sus labios no expresaron con palabras me lo dijeron sus ojos con tan solo una mirada. - deje de copiar para mirarla y ponerle mala cara.

- Número uno deja de enamorarte de todo espermatozoide idiota que te pase por enfrente, y número dos, deja de sacar tu lado Pablo Neruda y dedicarle poemas a alguien con quien hablaste por 5 segundos.- Le dije con un tono burlon mientras ella suspiró dramáticamente y se puso el dorso de la mano en la frente con dramatismo.

- Los mejores cinco segundos de mi vida.

Y así es Jessica, sinceramente muchos se preguntan por qué es que somos amigas, y la verdad es que yo misma me preguntó cómo dos personas tan opuestas pueden quererse tanto como nosotras. Ella es muy pero muy extrovertida, va a muchas fiestas, siempre tiene con quien ligar y aún así es una buena estudiante. Pero lo que más envidio de ella no es su vida, es su relación con su madre, que la apoya y que siempre está ahí para ella. Un amor de madre que siempre me faltó, ese apoyo incondicional y que no necesita ser perfecto para saber que es real.

- ¡Aurora! - Me grita Jess.

- Mhm - La volteo a ver.

- Estabas como ida y no me has respondido.

- Lo siento,¿Que me preguntabas?

- Que si te vas a ir conmigo a casa para arreglarnos para la fiesta.

- Si, está bien.

- Es increíble que está sea tu primera fiesta, en que momento te volviste antisocial.

- Que sea un poco extrovertida no quiere decir que sea una persona sociable, así que toda la vida Jessi.

Y es la verdad cuando estoy con mis pocos amigos soy bastante extrovertida, pero a la hora de socializar es muy diferente, soy buena haciendo amigos pero no sé entablar una conversación primero.

Suena el timbre y como está es nuestra última clase salimos prácticamente corriendo del aula para dirigirnos hacia la salida mientras Jess me cuenta un problema que hubo en una de las clases que no compartimos, y como me encanta mantenerme informada, escucho con atención. Ah y para los que se lo preguntaban, pasé el examen de historia con honores.

Y claro como siempre me dan una palmada en el culo y me rodean el cuello con un brazo, ya se quién es solo por ese gesto tan característico de esta personita llamada Norik que tiene una sonrisota bailando en sus labios.

- Hola Gus Gus - le digo sonriendo mientras es el quién borra la sonrisa.

Empecé a llamarlo Gus Gus porque cuando éramos más pequeños era idéntico a el, con su piel bronceada que está llena de pecas y en aquel entonces era un niño regordete y de un pelo castaño chocolate, era igual de dulce y tierno que el ratoncito de Cenicienta.

- Gus Gus ha vuelto, pensaba que ya me había deshecho de el.- dice con pesar.- Parece que estoy destinado a que me persiga por toda la eternidad.

- Norik se puede saber ¿Por qué si estoy con Jess siempre apareces tú?

- Porque ustedes son mis hermanitas, y pueden protegerse, pero yo soy como los rottweilers, doy miedo y soy fuerte.- Dice con suficiencia.

- No te estaba preguntando por qué estás aquí, te está diciendo indirectamente que te larges y nos dejes chismosear.- Le dice Jess sacándole la lengua a su hermano.

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⏰ Última actualización: Jan 11 ⏰

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