Tiro de tres 🏀

Parte única

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Yunho nunca había visto de otra manera a Mingi, era su amigo desde hace mucho tiempo, Yunho se unio al club de química y Mingi al de basket, seguían siendo los mejores amigos pese a los comentarios de "El nerd y el deportista"

Todo comienza a tornarse diferente cuando el ejercicio y el deporte comienza a hacer de las suyas al cuerpo de Mingi

Yunho no era ciego, lo notaba, notaba como su amigo poco a poco se iba poniendo cada vez más fornido.

Aunque quería hacer ojos ciegos para no incomodarlo, o incomodarse a si mismo y su pobre cabeza que no deja de dar vueltas cuando Mingi lo va a buscar a sus clases con esa puta camisa de licra que le queda ceñida al cuerpo, resaltando sus enormes pectorales donde Yunho se preguntó incontables veces "¿Como sería dormir ahí?"  Sacudiendo la cabeza e ignorando el molesto pensamiento, por dios como podía pensar eso, era su amigo, su amigo de la infancia

Quizá el sudor que tenía en la frente, que le pegaba algunos cabellos a la misma, el brillo que le daba a su cara, esa boca entreabierta por el agotamiento físico de venir de una práctica, la manera de pararse apoyado en la pared, la sonrisa que le proporciona al verlo salir del salón de clases y al camisa...esa puta camisa tan ceñida ¿Que no habían más? Por dios Yunho estaba en serio jodido

—Hey— saluda aquel sudoroso basketbolista al pobre estudiante de química, quien con mucho esfuerzo traga al ver la imagen ya me mencionada

—H-Hey— maldita sea, tartamudear no estaba en sus planes, Mingi levanta una ceja en confusión, hace un tiempo que su amigo actúa raro con el, pero nunca la dice la razón

Yunho necesitaba salir de ahí, hace un tiempo que venía evitando a Mingi al salir del instituto o de casa, porque si, eran vecinos, lo que dificultaba las escapadas de Yunho al no querer ver al dueño del 90% de sus pensamientos

Comenzó a caminar en dirección a la puerta sin decir mas nada, sientiendo como Mingi le seguía desde atrás

—Yuyu ¿Quieres ir al lugar de batidos cerca de casa?—

—No te molestes Min, pero tengo que estudiar, debo ir a casa— y ahí está, escapando de nuevo, sintiendo como sus palabras una vez más, le caen a su mejor amigo como balde de agua fría, pero al menos no lo veria en el resto del día, y sus latidos y color de cara se normalizarán, hasta que

—No pasa nada, yo los compro, compro algo para comer y después voy a tu casa a acompañarte a estudiar, no te distraere, solo me sentare a hacerte compañía— como si su sola presencia no le pusiera los pelos de puntas al pobre chico de gafas

A duras penas Yunho asiente, viendo de reojo la sonrisa que se forma en los preciosos labios abultados de Mingi

Siguen caminando hacia sus casas en completo silencio, Mingi recuerda que antes esas caminatas se llenaban de risas y anécdotas, pero de pronto comenzaron a ser silenciosas, viendo cómo su amigo se aferraba con fuerza a las cintas de su mochila y bajaba la cara a ver sus pies caminar sobre el asfalto

"Hoy voy a averiguar que te pasa, no voy a dejar que estos siga así"  piensa el deportista

Y es que el se ha dado cuenta de los sonrojos que tiene su amigo cuando el se acerca mucho, de cómo atropella las palabras cuando le habla y de cómo siempre le evita

Al pasar por la tienda de batidos Min se despide dándole una caricia en la nuca a Yunho, haciendo que el chico se le fuera el aire de los pulmones y quedará pálido
Le proporciona una sonrisa y le dice que se verán en unos minutos