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Al despertar Antoine sonrió y abrazo al cálido cuerpo que estaba a su lado.
Su amado novio, luego de la linda cena que compartieron juntos, decidió quedarse en casa del mayor para ayudarlo con su celo.

Y no había nada que Antoine amara más que despertar junto a su novio, piel a piel, juntos, luego de amarse y demostrarse con todo lo que tienen lo mucho que se desean.
Griezmann amaba ver a su novio apenas despertaba, el rostro relajado del menor, su piel morena siendo cubierta por las blancas sábanas. Todo su cuerpo siendo suavemente bañado por la delicada luz del sol que se colaba por las cortinas, sumado a esos delicados labios rojizos entreabiertos suspirando entre sueños.

Antoine no resistió un minuto más y con delicadeza depósito un suave beso sobre los belfos del menor, quien rápidamente abrió con suavidad sus ojos sonriendo al instante por ver esos lindos ojos azules mirarle repletos de amor.

–Buenos días mí Nabuu– Habló el mayor mientras tomaba la mano del morocho y acariciaba el cabello azabache de Molina.

–Buenos días amor de mí vida ¿Cómo te sentís?– Sonrió el menor mientras acariciaba con cuidado la desnuda cintura del francés.

–Mucho mejor, los dolores ya desaparecieron, me ayudaste muchísimo.– Griezmann se vió avergonzado logrando que todo su rostro se ruborice y Nahuel sonría enternecido por la linda imagen que tenía.

–Me alegro que ya te sientas mejor...– Mientras sonreía se acercó al mayor para dejar un beso en sus labios mientras lo acomodaba debajo de él en la cama. –¿Que querés desayunar?– Pregunto suave mientras se levantaba y buscaba su ropa para poder ir a cocinarle al mayor (o si quería algo muy rebuscado ir a comprarlo).

–Unos croissants estarían bien...– Sonrió mientras admiraba la desnuda piel morena frente a él.

–Unas medialunas porque los croissants son caros amor.– El menor rió un poco mientras buscaba su billetera por toda la habitación. –Antu ¿Viste mí billetera? estaba en mí pantalón la última vez que...– Las palabras quedaron en el aire cuando mágicamente la billetera apareció en manos del francés que ya se encontraba sentado en la cama.

Antes de tomar la billetera dejo un beso suave en los labios del de ojos azules y luego salió de la habitación para ir rumbo a comprar el desayuno.

Mientras Nahuel salía de casa un rato Antoine aprovechó a levantarse y bañarse. El celo había dejado secuelas, su cuerpo estaba más que sensible al tacto de la esponja de baño, más que por lo normal de la delicada naturaleza omega, era porque aún sentía el tacto de su novio presente en su piel, y pensar eso lo hacía temblar.

A veces Antoine no entendía cómo es que su lobo se había enamorado tanto de aquel beta, quizás es porque son destinados, y Griezmann cree y confía plenamente en eso, nadie excepto él puede sentir el aroma de Nahuel, y eso le encanta, lo hace sentir único, especial y tan exclusivo.

Siente que ama a Nahuel sobre todo, pero también le encanta que el lobo de Nahuel sea quien también lo elija a él. Que quiera mostrarse ante Antoine, que quiera presentarse, que despierte ante el suave aroma del omega y que quiera marcarlo como suyo, a pesar de no ser una casta que le guste dominar.

Por eso mientras salía de la ducha sonreía, porque sabía que había elegido bien, sabía que a quien se entregaba en cuerpo y alma cada día, jamás iba a decepcionarlo.

Sabía que Nahuel (y su lobo) lo amaban tanto que jamás serían capaces de lastimarlo, sino que serían capaces de matar y morir por él, y Antoine amaba eso, amaba la atención, amaba la protección, amaba los detalles, la independencia de cada uno pero como se elegían para acompañarse a pesar de no necesitarse. Se amaban, y Antoine amaba sentir que se amaban.

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2023 ⏰

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